Para muchos, correr es la máxima expresión de un estilo de vida saludable y una garantía de bienestar. Sin embargo, un nuevo estudio ha puesto en duda esa creencia, revelando un vínculo inesperado entre el ejercicio de alta resistencia y un mayor riesgo de cáncer de colon. La investigación, inspirada por los trágicos casos de tres atletas jóvenes y sanos que fallecieron a causa de esta enfermedad, ha generado una gran discusión en la comunidad médica.
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Basado en un reporte de The New York Times, te explicamos los hallazgos de este estudio y lo que significan para los atletas de alto rendimiento que, a pesar de sus hábitos, podrían estar en riesgo.
El estudio que desafía la lógica de la salud
El Dr. Timothy Cannon, un oncólogo de Virginia, decidió investigar después de tratar a tres pacientes, todos ellos corredores de maratón y ultramaratón, que desarrollaron cáncer de colon avanzado sin tener los factores de riesgo habituales. El médico reclutó a 100 atletas con perfiles similares para someterlos a una colonoscopia.
Los resultados fueron alarmantes. Casi la mitad de los participantes tenía pólipos, y un 15% de ellos presentaba adenomas avanzados, es decir, lesiones con potencial de convertirse en cancerosas. Esta cifra es significativamente superior a la tasa del 4.5% al 6% que se observa en la población general de la misma edad. Los hallazgos sorprendieron a los propios atletas, quienes, como una de las participantes, Laura Linville, confesó: “Uno pensaría que correr es supersaludable”.
¿Por qué esta conexión inesperada?
La aparición de cáncer colorrectal en jóvenes ha sido un misterio para los expertos. En el caso del cáncer de colon en corredores, se han propuesto varias hipótesis, aunque ninguna ha sido confirmada:
- Dificultad para identificar síntomas: Los corredores de larga distancia a menudo experimentan problemas gastrointestinales, como la “diarrea del corredor”. Esto podría llevarlos a ignorar síntomas de alerta como la sangre en las heces, que en la población general serían un motivo de consulta médica urgente.
- Inflamación crónica: Durante el ejercicio extremo, el flujo sanguíneo se desvía a los músculos, lo que reduce la irrigación al colon. La falta de oxígeno puede causar daño celular e inflamación, y la teoría sugiere que estos ciclos repetidos de daño y reparación podrían propiciar mutaciones celulares que conducen al cáncer.
Expertos como el Dr. David Lieberman califican el estudio como “provocador” y señalan que los hallazgos son inusuales. Aunque la investigación carece de un grupo de control, sus resultados son tan llamativos que abren la puerta a más estudios.
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La lección más importante para los atletas
Es fundamental recalcar que la mayoría de los pacientes jóvenes con cáncer de colon no son corredores. El mensaje de los expertos no es que la gente deje de hacer ejercicio, sino que sea más consciente de su salud. Como dijo un especialista, “esto refuerza la importancia de escuchar a tu cuerpo”.
La trágica historia de uno de los pacientes que inspiró el estudio sirve como un recordatorio. Él y su esposa ignoraron síntomas como heces con sangre, atribuyéndolos a los efectos del deporte extremo. Es un claro ejemplo de cómo incluso quienes son “la imagen de la salud” deben estar atentos a las señales de su cuerpo.