Entre niños: Mi hija se enfermo y la llevamos al doctor
En una ocasión fui con mi hijo de cuatro años a hacer unas compras. Mientras conducía por una calle, otro automovilista...
Puntos de vista
Los niños y la familia son fuentes de inspiración para los comediantes en Twitter, tanto para los que son papás como para los que tiemblan con solo pensar en tener hijos. ¿Cuál te parece más gracioso?
• Nueva idea para padres:
1. Haz que te tomen fotos sacando a tu bebé de una nave espacial en un bosque.
2. Esconde las fotos en un cajón para que tu hijo las encuentre cuando cumpla 10 años.
Matt Roller (@rolldiggity)
• Me gustaría tener un hijo un día… O dos días, máximo.
Alex Baze (@bazecraze)
• Para los papás de niños pequeños, los fines de semana son casi tan relajantes como ducharse con gatos.
Rex Huppke (@rexhuppke)
En una ocasión fui con mi hijo de cuatro años a hacer unas compras. Mientras conducía por una calle, otro automovilista realizó una maniobra tan imprudente que por poco causa un choque. Miré al conductor y lo insulté. Entre sorprendido y enojado, mi hijo exclamó:
—Papá, ¡así no se hace!
—Tienes razón —respondí, avergonzado—, discúlpame.
—¡Debes bajar la ventanilla para que te oiga bien!
Carlo Cairo, Perú
Un día mi hija mayor se enfermó y la llevamos al médico, quien tuvo que ponerle una inyección. Su hermana menor, de cuatro años, se dio cuenta de todo, y la siguiente vez que tuvimos que llevarla a ella a una revisión médica, se negó rotundamente. Tratando de convencerla, le dije que no le iba a pasar nada malo, que le habíamos contado al médico que era una niña muy bonita y él había dicho que quería conocerla. Sin decir una palabra, la niña se dirigió a su habitación, entró en ella, salió, se acercó a mí y me puso algo en la mano, al tiempo que decía:
—Ten, mamá. Si el doctor sólo me quiere conocer, entonces llévale mi fotografía.
Alma García, México
Después de atrapar a su hijo de cinco años, Lucas, tratando de engañarla, su madre le dijo:
—¿Acaso crees que tengo la palabra tonta escrita en la frente?
—No sé, mamá —respondió el pequeño—, no sé leer.
Tomado de I Am So Full of Happy Today, de Martin Nedergaard Anderson y Moira Tuffy (Borgen Publishers, Copenhague)
Tengo una amiga cuya hija, Alina, de cinco años, sigue durmiendo en la habitación de sus padres. En una ocasión la maestra de kínder de la niña programó visitas a los hogares para conocer y evaluar el entorno familiar de sus alumnos, y le pidió a Alina que le avisara a su mamá que iría a cenar con ellos la semana entrante.
Como mi amiga no cocina bien, para causar una buena impresión decidió hacer un pedido de comida a un restaurante y, aprovechando la oportunidad, le advirtió a Alina:
—Tienes una semana para dormir en tu cuarto, o se lo contaré todo a tu maestra cuando venga.
Sin inmutarse, la niña respondió:
—Ay, mamá, si tú le dices que yo duermo con ustedes, yo le diré que tú compraste comida.
María Marta Vargas, Costa Rica