La afantasía es una condición neurológica que afecta la capacidad de visualizar imágenes en la mente. Aunque no es ampliamente conocida, cada vez más estudios exploran este fenómeno. Para quienes padecen esta condición, la idea de intentar imaginar algo, como un “elefante rosa”, es un reto casi inalcanzable. En una sociedad donde la visualización creativa es frecuentemente valorizada, entender la afantasía es vital para apreciar la diversidad de la experiencia humana.
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En la novela City in the Sky de Curt Siodmak (1974), se ilustra la dificultad de suprimir un pensamiento. “No pienses en un elefante rosa” es un claro ejemplo que demuestra cómo muchas personas, después de escuchar esta frase, automáticamente visualizan la imagen. Sin embargo, para las personas con afantasía, este ejercicio mental es imposible.
Quienes experimentan afantasía no pueden evocar imágenes voluntariamente. Por ende, si se les dice que eviten pensar en un elefante rosa, no podrán visualizarlo, ya que carecen de esa capacidad. Este fenómeno se considera a menudo un déficit, causando desconcierto y frustración entre quienes lo padecen al darse cuenta de las posibles pérdidas creativas y emotivas, como imaginar a seres queridos o escenas de libros.
Los afantásicos tienden a evitar visualizaciones involuntarias, lo que podría llevar a pensar que sus mentes son más tranquilas. Sin embargo, la realidad es más matizada. Aunque no experimentan visualizaciones mentales vibrantes, sus mentes pueden divagar. Por ejemplo, pueden reemplazar la visualización por reflexiones auditivas o sensoriales.
Un nuevo estudio sugiere que aquellos con una imaginación visual intensa son más propensos a experiencias visuales involuntarias, mientras que aquellos con afantasía parecen tener una mayor resistencia a estos impulsos. Esto sugiere una gama de experiencia en la capacidad de visualizar entre las personas, mostrando que hay un espectro en la forma en que funcionamos mentalmente.
Imágenes vivas vs. mentes divagantes Las personas afantásicas encuentran alternativas a la visualización, como la reflexión auditiva. Derek, por ejemplo, se ve involucrado en conversaciones imaginarias, mientras que Loren experimenta percepciones no visuales asociadas a texturas y movimientos.
Interesantemente, los estudios indican que las personas con afantasía pueden estar menos propensas a experimentar recuerdos vívidos de traumas. Esto plantea la pregunta de si la afantasía actúa como un escudo contra las experiencias negativas, aunque se necesita más investigación en este ámbito.
La afantasía es un fascinante recordatorio de la diversidad mental humana. Aunque los afantásicos enfrentan desafíos únicos al no poder visualizar imágenes, también poseen formas distintas de experimentar el mundo. Al final del día, cuando se menciona el “elefante rosa”, algunas personas simplemente referirán a otras cosas como: ¿qué hay para cenar?
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