¿Qué es la canícula, cuándo inicia y cómo afecta a México?
La canícula es un fenómeno climático que cada año cobra especial relevancia en México, debido a sus efectos extremos en la temperatura y el régimen de lluvias. En pleno verano, cuando se esperaría una...
La canícula es un fenómeno climático que cada año cobra especial relevancia en México, debido a sus efectos extremos en la temperatura y el régimen de lluvias. En pleno verano, cuando se esperaría una temporada de precipitaciones constantes, esta etapa sorprende con un aumento repentino del calor y una disminución considerable de las lluvias, afectando la salud pública, la agricultura y el consumo de agua en diversas regiones del país.
La palabra canícula proviene del latín canicula, diminutivo de canis (“perro”), y está estrechamente ligada a la aparición en el cielo de la estrella Sirio, también conocida como “La Abrasadora”, que forma parte de la constelación Can Mayor. En la antigüedad, los romanos observaban que el ascenso heliaco de esta estrella coincidía con los días más calurosos del año, lo que dio origen a la asociación entre el calor intenso y los “días del perro”.
¿Cuándo ocurre la canícula en México?
En México, la canícula generalmente se presenta entre julio y agosto, aunque la fecha de inicio y fin puede variar ligeramente según las condiciones meteorológicas de cada año. Para 2025, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) estima que este fenómeno podría iniciar entre el 3 y el 15 de julio, extendiéndose por aproximadamente 40 días, hasta finales de agosto.
Características principales de la canícula
Durante la canícula, se registran condiciones atmosféricas extremas que afectan tanto al ambiente como a las personas. Entre los factores más característicos se encuentran:
Temperaturas superiores a los 37°C, que en algunas regiones pueden superar los 45°C.
Reducción significativa de lluvias, especialmente en zonas que dependen del régimen de precipitaciones para actividades agrícolas.
Cielos despejados y elevada radiación solar, que aumentan la sensación térmica.
Calentamiento del aire y disminución de la humedad relativa, lo que incrementa el riesgo de incendios forestales y sequías.
Aunque el fenómeno se presenta en buena parte del país, los efectos más severos se sienten principalmente en el noreste, centro y sureste de México. Los estados más afectados incluyen:
Coahuila
Nuevo León
San Luis Potosí
Hidalgo
Morelos
Tlaxcala
Oaxaca
Chiapas
Guerrero
Veracruz
Tabasco
Campeche
Yucatán
Quintana Roo
En estas entidades, la población debe prepararse para enfrentar altas temperaturas, disminución del agua disponible y un aumento de enfermedades relacionadas con el calor.
Impactos de la canícula en la salud y el medio ambiente
El calor extremo y la baja humedad pueden provocar una serie de problemas de salud si no se toman las precauciones adecuadas:
Deshidratación severa y golpes de calor, especialmente en niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Infecciones gastrointestinales, debido a la rápida descomposición de alimentos.
Agravamiento de enfermedades respiratorias y cardiovasculares, por la exposición prolongada al calor.
Incremento en enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue, debido al almacenamiento de agua en condiciones inadecuadas.
Además, la canícula tiene un fuerte impacto en el medio ambiente:
Reducción en el nivel de presas y ríos, lo que afecta el suministro de agua potable.
Estrés hídrico para la agricultura y ganadería, disminuyendo los rendimientos de cultivos y provocando mortandad animal.
Mayor riesgo de incendios forestales, especialmente en zonas de vegetación seca.
Recomendaciones para prevenir los efectos negativos de la canícula
Para mitigar los efectos de la canícula, el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua y las autoridades de salud recomiendan una serie de medidas prácticas y efectivas:
1. Mantenerse hidratado
Consumir abundante agua natural, incluso si no se tiene sed. Evitar bebidas azucaradas o alcohólicas, que pueden aumentar la deshidratación.
2. Usar protector solar
Aplicar bloqueador solar con un factor de protección alto (FPS 30 o más) cada 2 a 3 horas, sobre todo en actividades al aire libre.
3. Evitar la exposición solar directa
Reducir el tiempo al aire libre entre las 10:00 a.m. y las 4:00 p.m., cuando el sol alcanza su mayor intensidad.
4. Vestimenta adecuada
Usar ropa ligera, de colores claros y tejidos frescos, así como sombreros, gorras o sombrillas para protegerse del sol.
5. Cuidado con los alimentos
Evitar consumir alimentos en la calle o que no estén bien refrigerados. En casa, mantener la cadena de frío y extremar la higiene en la preparación de comidas.
6. Mantener espacios frescos
Ventilar las viviendas, usar ventiladores, y en lo posible, acondicionadores de aire. Procurar que las personas vulnerables permanezcan en ambientes frescos.
La canícula no solo representa un reto individual, sino también una responsabilidad colectiva. La difusión de información, la preparación de servicios médicos, y la coordinación de medidas preventivas entre autoridades locales y ciudadanos pueden reducir los riesgos significativamente.
Las comunidades rurales y zonas marginadas suelen ser las más afectadas por la falta de infraestructura y acceso a servicios, por lo que es fundamental establecer programas de asistencia social y distribución de agua, así como campañas de concientización.
Canícula y cambio climático: un fenómeno que se intensifica
Diversos estudios meteorológicos indican que el cambio climático ha intensificado la duración y severidad de fenómenos como la canícula. Los veranos son cada vez más cálidos, y los eventos de calor extremo son más frecuentes. Esta tendencia exige una adaptación urgente en las políticas públicas, así como una mayor responsabilidad ambiental por parte de todos.
La canícula en México es mucho más que una etapa calurosa del año: es un fenómeno climático que afecta la salud pública, los ecosistemas, la economía y la calidad de vida de millones de personas. Con una buena preparación, conciencia y prevención, es posible mitigar sus efectos y proteger tanto a la población como al medio ambiente.
Comunicóloga por la UNAM. Redactora de temas de bienestar general. Apasionada del mundo digital, soy geek, metalera, petfriendly. Fan de las pelis de terror y el anime. Una de mis frases favorita es: "Yo solo sé que no sé nada” de Sócrates.