¿Qué es la respiración?
Cada día aspiramos y exhalamos unos 19 000 litros de aire; con ello cumplimos dos propósitos. Primero, suministramos al organismo el oxígeno que necesita para la combustión de los alimentos, proceso del que las...
Cada día aspiramos y exhalamos unos 19 000 litros de aire; con ello cumplimos dos propósitos. Primero, suministramos al organismo el oxígeno que necesita para la combustión de los alimentos, proceso del que las células obtienen su energía.
Segundo, eliminamos el bióxido de carbono, que es el producto de desecho de las funciones vitales. Cuando aspiramos, introducimos a los pulmones oxigeno, un gas que constituye, aproximadamente, el 20% del aire puro. Al exhalar el aire, eliminamos el exceso de bióxido de carbono.
Aunque el acto de respirar normalmente es involuntario, podemos alterarlo conscientemente dentro de ciertos límites. Se puede, por ejemplo, aspirar una bocanada de aire mucho mayor de lo normal antes de sumergirse en el agua y detener voluntariamente la respiración, pero no por mucho tiempo.
Los reflejos involuntarios que nos obligan a respirar son tan fuertes que no podemos sustraernos a ellos, por eso es imposible suicidarse conteniendo la respiración.
Durante un ejercicio violento, los músculos consumen oxígeno a una velocidad mayor que la que pueden desarrollar el corazón y los pulmones para suministrarlo.
En estas condiciones, los músculos pueden seguir trabajando por corto tiempo con un déficit de oxígeno. Mientras ese déficit no se cubra, se tendrá la sensación de que falta el aire; por eso, después del ejercicio se sigue jadeando unos minutos.