Si te acuestas después de comer lo más seguro es que los jugos gástricos avancen hacia al esófago, así que sentirás acidez, todo lo contrario a cuando estamos parados o sentados, pues en esas posturas las sustancias se quedan en su lugar y realizan sin problema su función, que es el la digestión.
Obligar al cuerpo a digerir cuando es hora de que realice otras tareas vitales (como la reparación) es una de las peores elecciones que pueden tomarse. Y obligar a nuestro cuerpo a digerir cuando no toca es la primera de las distorsiones.
Dormir ralentiza el sistema digestivo, así que si cenas copiosamente te sentirás molesto. La recomendación de los expertos es ingerir alimentos unas dos o tres antes de irse a la cama.
Evita los procesados, por favor. No existe algo más dañino que consumir alimentos con niveles tan altos en azúcar que dificultarán que el cerebro profundice en el sueño y con tantos ingredientes que tu aparato digestivo no habrá terminado de digerirlos cuando te vayas a la cama.
Ese grupo de alimentos favorece la secreción de sustancias que intervienen en la digestión. Lo óptimo es que sea una ración moderada. Ah, y no olvides que las proteínas no solo se hallan en la carne y los lácteos, también se encuentran presentes en los frutos secos, la quinoa, las semillas de calabaza, etc.
Los especialistas de la salud recomiendan la ingesta de alimentos ricos en fibra para mejorar la digestión por lo menos dos horas antes de dormir. Algunas opciones son la avena, los garbanzos, las nueces, los tubérculos.
Es claro que una mala deglución afecta los demás procesos, así que mastica con calma cada bocado y dedícale por lo menos 20 minutos a tu cena, que es el tiempo que el cerebro tarda en enviar la señal de saciedad.
Estudios han demostrado que cuando se mastica se estimula un tipo específico de célula inmunitaria conocida como Th17, lo que fortalece el sistema inmunitario.
Las temperaturas extremas irritan las mucosas digestivas, así que lo mejor será que no consumas las comidas ni muy frías ni muy calientes.
Esta planta medicinal es un antiinflamatorio natural que además de ayudar al combate de las enfermedades respiratorias aminora los problemas digestivos y ¡sirve para adelgazar!
Está comprobado que esa raíz ayuda a la desinflamación del estómago. Consúmelo en forma de té después de la cena o, incluso, mastica un pedacito.
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