¡Qué lectores tan guasones!
Les pedimos que contaran sus mejores chistes en selecciones.com, y nos enviaron de todos sabores y colores. El esposo: No sé qué hacer. Mi mujer me engañó con un amigo mío y quiere que...
Les pedimos que contaran sus mejores chistes en selecciones.com, y nos enviaron de todos sabores y colores.
El esposo: No sé qué hacer. Mi mujer me engañó con un amigo mío y quiere que la perdone. Yo la amo, pero…
El colega tartamudo: Pe-pe-pe-pe-per-dó-do-do-na-na-la.
El esposo: ¡Claro, para ti es muy fácil decirlo!
Luis Camacho
Había una vez un conejitomuy simpático que salió a caminar por el bosque para conocer a sus vecinos. A cada uno que veía le preguntaba qué animal era:
—Oye, ¿tú qué eres?
—Yo soy un pato ganso.
—Ah. ¿Y por qué?
—Porque mi papá es un pato y mi mamá una gansa.
—Ah, entiendo.
Siguió caminando hasta que se topó con otro vecino.
—Oye, ¿tú qué eres?
—Yo soy un perro lobo.
—Ah. ¿Y por qué?
—Porque mi papá es un perro y mi mamá una loba.
—Ah.
Al encontrar a otro le dijo:
—Oye, ¿tú qué eres?
—Yo soy un oso hormiguero.
—¡No, no! ¡A ti no te creo!
Elizabeth Guerrero
Dos borrachosse disponen a dormir en unas literas. De pronto, el que ocupa la cama de arriba se pone a rezar en voz alta:
—Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, con la virgen María y el Espíritu Santo.
Justo en ese momento la litera se viene abajo, y el borracho que está tendido en la cama inferior exclama:
—¿Ya viste? ¡Eso te pasa por estar durmiendo con tanta gente!
Ana Rentería
El paciente: Doctor, cada vez que tomo una taza de café me duele el ojo derecho. ¿Por qué será?
El médico: ¿Y le saca la cuchara?
Concepción Meneses
—Señor, ¿cuánto espara ti un millón de años? —le pregunta un mortal al Creador.
—Es un segundo —contesta Dios.
—¿Y un millón de dólares?
—Un centavo.
—Entonces, Señor, te pido que me des un centavo, por favor.
—Claro. Sólo espera un segundo.
José Miguel Puc
Eecena en una zapatería…
Mujer: Hijo, escoge los zapatos que quieras mientras yo voy a ver unos para mí.
Niño: Sí, mamá.
Vendedor: Señora, ¿es usted mamá del niño que está hablando solo?
Mujer: Sí, es mi hijo, voy para allá… Hijo, ¿por qué estás hablando con esos tenis?
Niño: Porque en la caja dice “CONVERSE”.
Karla Reyes
Tras una de sus parrandas,un borracho cae desmayado en la calle. De inmediato, muchos transeúntes se acercan a él y lo rodean. Alarmado, un hombre exclama:
—¡Denle aire!
—No, ¡mejor denle agua!
—interviene una mujer.
Una anciana grita:
—No, ¡denle coñac!
Justo entonces el borracho despierta y dice:
—Sí, háganle caso a la vieja.
Milagros Rodríguez
—Díganme, Niños, ¿a qué le tienen miedo? —pregunta el instructor de catecismo para introducir un tema a sus pupilos.
Jaime responde:
—Yo le temo al malamén.
—¿Malamén? —repite el catequis-ta, sorprendido—. ¿Qué es eso?
—No estoy muy seguro, pero debe ser algo horrible porque mi mamá reza todas las noches y al final de la oración dice: “No nos dejes caer en tentación y líbranos del malamén”.
Humberto Anaya
Una mujer sube a un autobús de pasajeros atestado y, como nadie le cede el asiento, pregunta:
—¿Qué ya no hay caballeros?
—Sí los hay, señora —le contesta un pasajero—. Lo que no hay ¡son asientos libres!
Elizabeth Guerrero
En la sala de esperade un hos-pital hay un hombre que se agita en el asiento, muy nervioso, ya que su esposa está dando a luz en esos momentos. Al ver aparecer al médico, se levanta y le pregunta:
—¿Cómo ha salido todo, doctor?
—Su esposa está muy bien —le dice el médico—, pero hemos tenido que ponerle oxígeno a su bebé.
—¡Rayos! —exclama el hombre—. ¡Yo quería que se llamara Nicolás!
Guillermo Aguirre
El presidente de una empresa internacional va a bordo de un avión sentado junto al Papa y un niño de cinco años de edad. En eso, el piloto anuncia que los motores de la nave están fallando, y ordena que todos se pongan los paracaídas y salten. Los pasajeros y la tripulación obedecen y se lanzan para salvar la vida. Muy angustiado, el presidente de la empresa se vuelve hacia el Papa y el niño, y les dice:
—Yo soy una persona muy inteligente, presidente de una empresa muy importante. Sólo quedan dos paracaídas. Lo siento, pero tengo que salvarme.
Entonces recoge uno, se lo pone y se lanza al aire.
El Papa le dice al niño:
—Yo ya estoy muy viejo y he vivido mucho. Anda, niño, tienes que salvarte tú. Ponte el otro.
A lo que el chico responde:
—No se preocupe. Nos vamos a salvar los dos. El presidente de esa empresa, tan inteligente como dijoque era, ¡se llevó mi mochila!
Gabriela Albán
—Mamá, ¿qué estás haciendo enfrente de la computadora con los ojos cerrados?
—Nada, hijo. Lo que sucede es que Windows me dijo que cerrara las pestañas…
Paula Salgado
Va caperucita rojacaminando alegremente por el bosque cuando de pronto una elegante mujer mayor se aparece frente a ella. Sorprendida, Caperucita la mira fijamente a los ojos y le pregunta:
—¿Quién eres tú?
—Soy el hada madrina —responde la anciana.
—¿El hada madrina?
—Sí, el hada madrina.
—¿Y eres de verdad?
—Así es. Soy de verdad.
—¿Puedo tocarte?
—Sí…
Caperucita toca a la anciana, y retira la mano rápidamente.
—¡Estás muy fría!
A lo que la viejecita responde:
—Por supuesto, niña. ¿No acabo de decirte que soy helada?
José Serrano
—Doctor,últimamente me siento más gordo y feo. ¿Qué tengo?
—Muchísima razón.
Aleida Rodríguez
¿Cuál es el colmo de un farmacéutico?
Cerrar su farmacia porque no tiene más remedio.
Humberto Anaya
—¡Oye, detente!¿Por qué estás golpeando ese maniquí?
—Es que odio a la gente falsa.
Claudia Gómez
tras haberse idode juerga toda la noche con sus amigos, un hombre llega a su casa al amanecer, tambaleándose. Da tres golpes en la puerta y le grita a su esposa:
—¡Mujer, soy yo, abre la puerta!
Ella se asoma por la ventana y, hecha una furia, le dice:
—¿Qué horas de llegar son éstas? Quedaste en que estarías aquí a las 11, ¡y son las seis y cinco!
A lo que el borracho responde:
—Sí, ¡seis y cinco son once!
Guillermo Aguirre
En un mercado hay un tipo muy despistado recorriendo los puestos. Al verlo acercarse, el vendedor de frutas lo saluda:
—¡Buen día, señor! ¡Qué fresca está la mañana! ¿No le parece?
Con un gesto de impaciencia, el hombre despistado responde:
—Claro que está fresca, señor. ¡Es de hoy!
Guillermo Aguirre
Una mujer puso en el periódico este aviso clasificado: “Busco marido”. Al día siguiente recibió cientos de cartas que decían: “¡Te puedes quedar con el mío!”
Aleida Rodríguez
¿Qué sería una naranja si tuviera cuernos?
Respuesta: Una toronja.
María Concepción Flores
—Pepe, ¿qué te dijo el médico?
—¡Que tengo una sonrisa simpática y que soy feliz!
—No, lee bien. Aquí dice que tienes ¡cirrosis hepática y sífilis!
Francisco Luna
Un hombre llegaa su casa al amanecer, borracho y con manchas de lápiz labial en el rostro. En tono sarcástico, su esposa le dice:
—Supongo que tienes una buena excusa para llegar a esta hora…
—Sí, querida, ¡el desayuno!
Aleida Rodríguez
—Oiga, vecino, mi gato acaba de matar a su perro.
—Me temo que eso no es posible, amigo. Mi perro es un doberman…
—Y mi gato es hidráulico.
César Sánchez
—¡Mamá, mamá,me expulsaron de la escuela!
—¿Por qué?
—No sé. Tal vez por un recorte de personal.
Aleida Rodríguez
¿Por qué la esposa de Hulk de-cidió abandonarlo? Porque quería un hombre que fuera más maduro.
Ana Rosa Ruiz
—Cariño, ¿es cierto que tengo la nariz muy grande?
—No, tienes la nariz común.
—Ah, ¿de veras?
—Sí, querido, común tucán.
María Castañeda
Psiquiatra:Vaya, vaya… Y dígame, amigo mío, ¿desde cuándo vive usted con la obsesión de que es un perro?
Paciente: Desde que era un cachorro, doctor.
César Sánchez
Un hombre ve a su mujercolgar el teléfono después de una llamada y con toda sinceridad la felicita:
—Mi amor, ¡qué gusto me da ver cuánto has avanzado con la terapia para combatir tu adicción a hablar por teléfono! Me puse a contar el tiempo, y estuviste hablando sólo dos
horas con la persona que llamó. Por cierto, ¿quién era?
—No sé… ¡Marcó un número equivocado!
Ana Rentería