¿Alguna vez has comprado algo solo por que te ha gustado su empaque? ¿Quizás viste alguna reseña en en línea y dijiste me gusta? Pues bueno, aquí te revelamos por qué el packaging es tan decisivo al momento de una compra online así como el unboxing de los productos.
A los seres humanos nos gustan las sorpresas y las buenas experiencias. Un gran factor que influye en elegir y en pagar por un producto o servicio depende de cómo se vea el establecimiento -sea tienda, restaurante, bar o supermercado— y cómo se exhiben los productos allí. Los estímulos sensoriales influyen en la decisión de compra, siempre.
«Ante calidades similares entre productos diferentes de rango de precio similar, la decisión estará en todo lo que acompañe a este producto en el momento de su uso o de su adquisición». Así lo explica Julián Garnés, profesor de Diseño de Packaging en ESDESIGN, perteneciente a Planeta Formación y Universidades, y socio fundador de Rubio & del Amo, agencia especializada en proyectos de marca y packaging.
Sin embargo, con el crecimiento de las compras en línea, esta experiencia que un consumidor solía experimentar en una tienda física ahora se ha trasladado a otros aspectos que son fundamentales en nuestras decisiones de compra, como el diseño del sitio web, la calidad del embalaje del producto y la emoción que nos genera al abrirlo.
Así, cuando el producto llega al cliente, el proceso de unboxing es una extensión de la experiencia que el mismo ofrecerá y puede determinar si un nuevo cliente sigue comprando o no a la marca.
Hay varias razones por las que los unboxing son tan populares
A continuación, se presentan algunas de las razones más comunes, según los expertos:
Satisfacción visual: Los unboxing son una forma de satisfacer nuestra necesidad de satisfacción visual. Nos gusta ver cómo se abre un paquete y cómo se revela el contenido.
Fantasía: Los unboxing nos permiten vivir la experiencia de comprar un producto sin tener que gastar dinero. Podemos ver cómo es el producto, cómo funciona y cómo se siente al tenerlo en nuestras manos.
Comunidad: Los unboxing también son una forma de conectarnos con otros. Podemos compartir nuestros intereses con otros y ver cómo reaccionan a los productos que abrimos.
El diseño empático habla el mismo lenguaje de los compradores. Un tono desenfadado aporta un toque de humanidad que le hace saber al usuario que detrás de la marca también hay seres humanos.
A veces, el empaquetado de algunos productos como el de la ropa o la tecnología no es tan relevante, a diferencia de otros productos como los perfumes o la comida. Cuando estos productos que no tienen grandes empaques se piensan un empaquetado top, sorprenden, aumentando así la experiencia positiva al recibir el producto.
Cuando el envoltorio de un producto no está diseñado para durar —como una botella de vino, que además de bella es útil como prolongador de la vida del producto—, sino que es desechable, debe comunicar un mensaje positivo, de sostenibilidad o fácil reutilización. Los empaques contaminantes, de un solo uso, pueden generar un impacto negativo en los consumidores y repercutir en una siguiente compra. Una marca comunica en cada detalle.
El unboxing de un producto es una experiencia narrativa que va desde el momento en que lo recibimos hasta que lo desempacamos. En ese proceso la marca nos puede contar muchas cosas, un mensaje de bienvenida, una tarjeta con algunas palabras especiales… todo eso nos hace sentir especiales como clientes.
Un empaque inteligente les dice a los usuarios cómo se puede aprovechar todo el material que les llega a casa:
Las devoluciones son pan de cada día en el comercio online. Por eso, un empaque que facilite volver a empacar el producto para retornarlo a la tienda es esencial, pues no obliga al usuario a tener que volver a empacar el producto de la manera adecuada. Además, que la marca le dé la confianza de retornar la compra desde el mismo empaque genera transparencia y honestidad.
Nadie habla de una caja común y corriente, pero sí de algo bien diseñado, nuevo, inesperado. Por eso es importante que el empaque se diferencie de la competencia, se salga de lo usual, destaque entre el lugar común.
No se trata de diseñar por diseñar. Un empaque bien pensado siempre lleva los colores, tipografías y patrones de la marca, para que visualmente pueda ser vinculada con ella rápidamente, así como con su discurso. Todo cuenta.
Estos detalles explican por qué a veces preferimos elegir, entre dos productos similares, el más caro: porque se ve mejor, ofrece una mejor promesa de venta y nos brinda una experiencia superior.
Igual que elegimos un bar para disfrutar de unas cervezas en función de su aspecto, decoración, música y nivel de comodidad. Un envase bien diseñado puede influir de la misma manera en nuestra decisión de compra.
Además, cuando la experiencia de unboxing proporciona una narración satisfactoria, nos da la oportunidad de compartirla y presumir de ella en las redes sociales si así lo deseamos.
Aquí es donde las marcas causan impacto e impulsan las ventas mediante el efecto “boca a boca” que les da una reputación positiva entre su público.
Explorar la posibilidad que nos ofrece el packaging, y en especial el unboxing como herramientas capaces de aportar una gran carga comunicativa desde la recepción del producto por parte del usuario hasta su primer uso.
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