Los resultados de 67 estudios sobre el comportamiento humano revelaron que, tal como lo supone la gente, los hombres son más agresivos que las mujeres, tanto física como verbalmente.
A lo largo de estos estudios se hicieron 94 pruebas comparando la conducta agresiva de los niños con la de las niñas. En 57 de ellas se obtuvieron diferencias estadísticamente significativas entre uno y otro sexo : 52 en que los niños demostraron ser los más agresivos y sólo 5 en que los superaron las niñas.
En cuanto a si la agresividad tiene o no una base biológica, es decir, si se debe a una diferencia fisiológica entre los sexos más que al aprendizaje, todavía se debate la cuestión.
Algunos científicos consideran que por ahora las pruebas no son concluyentes, pero otros muchos están convencidos de que la agresividad puede atribuirse a la hormona masculina llamada testosterona. En un interesante estudio sobre jóvenes delincuentes del sexo masculino se encontró que los más agresivos eran los que tenían en su organismo los más altos niveles de testosterona.
También la antropología ha proporcionado pruebas fehacientes de que en miles de culturas diversas ocurren homicidios (tanto en la guerra como en la vida diaria) y son cometidos en su mayoría por los hombres.
Es lógico suponer que una diferencia sexual que se presenta universalmente en miembros de muy diversas culturas no se deba a la forma en que los individuos han sido criados, sino a factores biológicos comunes.
La zurdera que caracteriza, según se calcula, al 10% de la población mundial y que compartían Charles Chaplin, Miguel Ángel y Jack el Destripador, no es, desde luego, una anomalía, pero se presenta con mucha más frecuencia en los hombres que en las mujeres y, cosa curiosa, no es raro verla asociada con ciertas disfunciones que también son más comunes en los hombres que en las mujeres.
Una de ellas es la dislexia, una deficiencia de la facultad para leer que puede presentarse incluso en las personas más inteligentes y que las hace leer “las” donde está escrito “sal” o “0907” cuando pone “LOBO”.
Otras alteraciones más frecuentes en el sexo masculino son la tartamudez y el autismo (retraimiento emocional severo). Muchos científicos creen que estas alteraciones, así como la zurdera, deben provenir de rasgos físicos cerebrales, pero hasta ahora no se ha encontrado el vínculo.
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