Según las previsiones, si la situación no cambia, la hambruna podría extenderse a otras partes de la Franja, afectando a más de 640,000 personas para finales de septiembre.
Este 22 de agosto, el mundo ha sido testigo de un anuncio alarmante y sin precedentes: la ONU ha declarado oficialmente una situación de hambruna en Gaza. Esta es la primera vez que se confirma un estado de inanición a este nivel en la región de Medio Oriente. La noticia, que ya era esperada por las agencias humanitarias, valida la situación extrema de una población de la cual más de 1.6 millones de personas sufren hambre. Pero, ¿qué implica realmente esta declaración y por qué es tan significativa?
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La declaración de hambruna no es un término que se use a la ligera. Se basa en una evaluación rigurosa y técnica, y se considera una señal de alarma crítica que busca una respuesta humanitaria inmediata y masiva.
La hambruna es el estado más grave dentro de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (CIF), un sistema respaldado por la ONU. Para que se declare oficialmente, se deben cumplir tres umbrales críticos de manera simultánea:
En Gaza, más de 500,000 personas se enfrentan a la Fase 5, la cual está caracterizada por el hambre, la indigencia y la muerte inminente. El resto de la población se encuentra en una situación de “crisis alimentaria”.
Según altos funcionarios de la ONU, la hambruna en Gaza es un “desastre provocado por el hombre”. Señalan que esta crisis se puede atribuir a las restricciones y el bloqueo de la ayuda humanitaria, y la califican como “una hambruna evitable y predecible”. Tom Fletcher, Secretario General Adjunto de la ONU, y António Guterres, Secretario General, han sido contundentes, incluso acusando al gobierno israelí de usar la inanición como un método de guerra, lo que podría constituir un crimen de guerra.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Israel ha negado las acusaciones, calificando el informe como una “campaña fraudulenta”. Sin embargo, los datos de agencias como la OMS, la FAO y Unicef son alarmantes: solo en julio, más de 12,000 niños fueron diagnosticados con desnutrición aguda, una cifra seis veces superior a la de principios de año.
La declaración de hambruna en Gaza es un llamado urgente a la comunidad internacional. Las agencias humanitarias exigen un alto el fuego inmediato para poder realizar una respuesta a gran escala y sin obstáculos. Según las previsiones, si la situación no cambia, la hambruna podría extenderse a otras partes de la Franja, afectando a más de 640,000 personas para finales de septiembre.
Los desafíos son inmensos. Además del bloqueo, el 98% de las tierras de cultivo están dañadas, lo que ha diezmado la producción local de alimentos. La situación es una emergencia que solo puede ser resuelta con la liberación de rehenes y la entrada inmediata de ayuda masiva y consistente.
