Los tibicos, también conocidos como hongos tibetanos o kéfir de agua, son nódulos gelatinosos compuestos por una simbiosis de bacterias y levaduras. Se originan en México y se utilizan tradicionalmente para preparar una bebida refrescante y probiótica.
En cuanto a su funcionamiento, los tibicos fermentan el azúcar presente en el agua, generando ácido láctico, dióxido de carbono y otros compuestos. Esta fermentación resulta en una bebida con un ligero sabor ácido y efervescente, similar a la kombucha.
Los tibicos se consumen principalmente por sus propiedades probióticas. Los probióticos son microorganismos vivos que benefician la salud intestinal. Se ha demostrado que los tibicos pueden ayudar a:
Prepararlos es muy sencillo. Solo necesitas:
Preparación:
Para mantenerlos saludables y activos, es fundamental lavarlos con agua potable después de cada uso, cambiar el agua y el azúcar o la fruta cada 24-48 horas, almacenarlos en un recipiente de vidrio a temperatura ambiente y evitar exponerlos a la luz solar directa.
Se pueden encontrar en tiendas de productos naturales, mercados locales o incluso online. También puedes obtenerlos de un amigo o familiar que los tenga.
Si tienes alguna condición médica, es importante hablar con tu médico antes de consumir los tibicos.
Con información de El Universal
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