¿Qué tan seguros son los medicamentos de venta libre? Te lo contamos
Los medicamentos de venta libre se pueden comprar sin receta, para tratar síntomas de padecimientos frecuentes, leves y sin complicaciones.
Debido a la pandemia, en unos cuantos meses la cultura del autocuidado en México mostró su mayor crecimiento en más de una década, según cifras de la Asociación de Fabricantes de Medicamentos de Libre Acceso.
Desde hace tiempo, esta institución ha propiciado en la población mexicana una cultura nacional del autocuidado.
A través de campañas e iniciativas busca el empoderamiento de la gente en la prevención y tratamiento de padecimientos no graves, desde las primeras señales mediante el uso de medicamentos de venta libre.
Los medicamentos de venta libre, también conocidos como OTC (over the counter por sus siglas en inglés) son aquellos que pueden comprarse sin receta médica (ordenada por el médico); un ejemplo son los analgésicos o los antigripales.
Estos fármacos son prioritarios en países como México, donde el envejecimiento de la población y la transición epidemiológica representan un gran reto.
México experimenta un incremento en la prevalencia de enfermedades crónicas y degenerativas, lo que resulta en mayores gastos por parte del sistema público de salud, explican investigadores de la Universidad de la Sierra del Sur.
Una posible respuesta para contener estos gastos es el autocuidado de la salud con el uso de medicamentos de venta libre; estos fármacos ayudan al control de síntomas de padecimientos frecuentes, leves y sin complicaciones bajo un marco regulatorio establecido, pero qué tan seguros son. Conoce 10 medicamentos sin receta que utilizas mal.
En el municipio de Ocoyoacac, Estado de México, se ubica la planta de Sanofi consumo, a la cual Selecciones fue invitada para conocer el rigor en la fabricación de los OTC, una pieza clave en el autocuidado del paciente.
“No existe ninguna distinción entre OTC y productos de receta” explica Sergio Aragón, gerente de salud, seguridad y medio ambiente de Sanofi. Ambos responden a los estándares de buenas prácticas de manufactura.
Como cualquier producto CHC (Consumer healthcare) están regulados bajo la NOM-059-SSA1-2015. Esa norma mexicana se refiere a las buenas prácticas de fabricación de medicamentos.
Además, son vigilados por COFEPRIS. Lo único que cambia es su permiso de venta, pero no significa que unos se elaboren con menos calidad que otros, simplemente por la naturaleza de la molécula unos necesitan un control más específico para que no se genere un problema sanitario.
Tras estos productos hay ciencia, tecnología e innovación. Se fabrican en plantas que tienen desde pisos con recubrimientos especiales hasta procesos cien por ciento automatizados. Una sola persona puede dirigir el proceso mediante el que se obtienen 1 millón de botellas de jarabe al mes.
Los insumos usados para la fabricación de estos fármacos de venta libres son buscados por un robot en un almacén con más de 10,000 posiciones. Para un ser humano la tarea sería titánica y lenta, pero con un funcionamiento automatizado el proceso es ágil y preciso.
Los empaques (vidrio, PVC, papel, PVDC, aluminio) son desarrollados por especialistas y deben ser capaces de mantener las características del producto por el tiempo que estará en el mercado. Esos son solo algunos ejemplos de la tecnología y calidad que existen tras estos productos.
La Organización Mundial de la Salud reconoce que la cultura del autocuidado es una de las estrategias para la atención primaria de enfermedades que ha demostrado ser eficiente, eficaz, sostenible y accesible.
El sistema de salud mexicano es, sin duda, uno de los principales beneficiados con el autocuidado de la salud.
Esta cultura del autocuidado permite:
La promoción de una cultura nacional de autocuidado y el uso responsable de los medicamentos de venta sin receta aún es incipiente en México, pero se están realizando acciones que impulsen una cultura general de prevención vía el autocuidado de la salud.
Se espera que su uso aumente debido a la consciencia del cuidado de la salud tras la pandemia, per también gracias a las compras online.
Los medicamentos OTC tienen un margen riesgo/beneficio que permite su utilización sin supervisión médica para el alivio de una serie de síntomas –dolor de cabeza, fiebre, acidez estomacal, etcétera–.
En este sentido, la automedicación con productos OTC es una forma de autocuidado de la salud, no se cataloga como práctica aberrante o peligrosa en sí misma.
Dee hecho, La OMS promueve la automedicación responsable con fármacos OTC, solo subraya la importancia de empoderar a los usuarios para que los usen de manera adecuada.