Su firmeza y su flexibilidad depende de la cantidad de agua presente en sus tejidos: tanto la que obtenga de la humedad en el aire como aquella que le brinden tus buenos hábitos.
Para tu cara
Las cremas hidratantes son la fuente de la juventud. Forman una barrera entre la piel y el ambiente, lo que ayuda a que tu piel conserve la humedad.
El hidratante correcto hará que tu piel luzca suave, brillante y saludable, e incluso puede eliminar temporalmente algunas líneas de expresión. También la protegerá de la contaminación, la suciedad y el clima.
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Tu producto ideal
Es cierto que tu piel, sin importar su tipo, se beneficiará con cualquier crema. Pero para aprovechar mejor sus efectos, elige el tipo ideal para ti.
Si tu piel es seca: Necesitas una crema espesa que tu piel pueda absorber por completo para sentirse suave. De hecho, prefiere aceites en lugar de cremas porque impedirán mejor la evaporación del agua.
Si tu piel es normal: Tiene un equilibrio saludable por naturaleza. Busca cremas ligeras ricas en nutrientes.
Si tu piel es grasa o mixta: Tienes un alto nivel de humedad natural (y quizá por ello presentes menos líneas de expresión). Prefiere un hidratante libre de aceites y que no tape tus poros.
Si tu piel es sensible: Busca un hidratante que no contenga aromas, colorantes ni perfumes, y que sea especial para tu tipo de piel.
Si tu piel es extra seca o madura: Necesitas mucha hidratación, así que busca aceites nutritivos, cremas espesas y bálsamos.
Tips
- Además de una crema para tu piel, necesitas una crema especial para ojos y un bálsamo para labios. Úsalas diariamente.
- Prefiere una crema para ojos que se absorba con rapidez. La piel de esta zona es más delicada que en el resto de tu cuerpo, así que aplícala con toquecitos con tu dedo meñique.
- Cuando haga frío, aplícate un bálsamo hidratante en tus mejillas después de maquillarte. Además de protegerte, le dará una apariencia natural a tu base.
¿Qué son las cremas “alfabéticas?
En años recientes han aparecido cremas que se identifican con letras. Cada tipo tiene beneficios diferentes, y son:
AA Creams (cremas antiedad): Minimizan los signos del envejecimiento y aportan luminosidad.
BB Creams (bálsamo reparador): Ofrecen hidratación, protección solar y un poco de color. Son recomendables para pieles normales y jóvenes.
CC Creams (correctoras de color): Corrige el tono de la piel y le brinda uniformidad, además de hidratarla y protegerla del sol.
DD Creams (protección diaria): Son ricas en antioxidantes, así que sirven como un primer tratamiento antiedad.
EE Creams (exfoliantes): Son las más recientes. Nutren y protegen el rostro, con el beneficio adicional de ofrecer limpieza y exfoliación.
Con el paso de los años, las manchas o imperfecciones en la piel son más notorias y por ello las mujeres optan por usar cremas faciales que ayuden a revertir los daños y obtener una piel más joven, fresca y sana.
