¿Qué tipo de educación sobre conservación natural le das a tus hijos?
Que tus hijos sepan lo que pierden con cada hectárea de bosque que desaparece podría convertirlos en los mejores aliados del futuro para la defensa de estos ecosistemas.
Aunque el ritmo de deforestación ha bajado sigue siendo elevado. Cada año se pierden 13 millones de hectáreas brutas de bosque, es decir, una superficie mayor que la de un país como Nicaragua. Que tus hijos sepan lo que pierden con cada hectárea de bosque que desaparece podría convertirlos en los mejores aliados del futuro para la defensa de estos ecosistemas.
Faltaban solo 15 días para que las clases del último año de preescolar de Lucía terminaran. Se acabaron las hojas del cuaderno de comunicaciones. A la mamá se le ocurrió agregarle, como si fuera una cirujana de libros, unas hojas que le habían sobrado del cuaderno del año anterior.
Al día siguiente recibió un mensaje de la escuela: “Por este año se te permite, pero para los años sucesivos, por favor, compra un cuaderno nuevo”. La mamá respondió: “Fue una solución ecológica. Reciclar el papel es cuidar los árboles, una pequeña acción para cuidar los bosques ¿no?”. La respuesta de la escuela fue: “No es excusa”.
¿Qué tipo de educación sobre conservación de recursos se está ofreciendo a los más pequeños? ¿La que intentó dar esta mamá con esa pequeña acción o la que ofreció el centro educativo?
Por miles de historias como estas no es de extrañar que la ONU haya pensado en que el tema del Día Mundial de los Bosques 2019 (Los bosques y la educación) vaya dirigido a los más chicos: “Aprende a amar el bosque”. Con esto en mente, realizamos una excursión breve por algunas razones para hacerlo; y no todas son exclusivamente ambientales:
Al cuidar árboles y bosques se están protegiendo los ecosistemas terrestres, ayudando a que la temperatura del planeta no exceda los 2 ºC (como quedó establecido en el Acuerdo de París) y procurando agua limpia para todos. También se está luchando por cumplir con otros objetivos como mitigar el hambre, reducir la pobreza o lograr la igualdad de género.
Los bosques son el hogar de buena parte de la biodiversidad, de sus árboles se obtienen gran cantidad de alimentos que colaboran en la tarea de garantizar la seguridad alimentaria y también absorben el equivalente a aproximadamente 2,000 millones de toneladas de CO2 cada año. Por eso, infinidad de las respuestas al cambio climático deben centrarse más en los bosques, señala la ONU.
De acuerdo al Banco Mundial, más de 100 países han incluido la gestión de los bosques en sus compromisos para cumplir con la meta del Acuerdo de París. Lo han hecho través de medidas que procuran la reducción de la deforestación, la reforestación, la conservación adecuada de los árboles y sistemas para trabajar la tierra de forma más sustentable, como la agroforestería (que integra árboles, ganado y pastos en una misma unidad productiva).
Los bosques apoyan las economías rurales al ser fuente de sustento y trabajo para aquellos que tienen pocas alternativas de empleo fuera del sector agrícola y evitan que más personas caigan en la pobreza extrema. A nivel mundial, cerca de 350 millones de habitantes de zonas boscosas o sus alrededores obtienen parte de sus ingresos de los bosques. De esa cantidad, casi 60 millones, incluyendo a las comunidades indígenas, dependen enteramente de los bosques.
De los bosques se generan más de 5000 tipos de productos madereros que generan un valor agregado de casi el 1 por ciento del producto interno bruto global, destaca el Banco Mundial.
Datos del informe El estado de los bosques del mundo, publicado por la FAO en 2018, indican que los bosques y los árboles pueden proporcionar el 20 por ciento de los ingresos de los hogares rurales en los países en desarrollo, o bien en dinero o satisfaciendo las necesidades de subsistencia.
En el estudio también se estima que los productos forestales (sin incluir la madera) aportan alimentos, ingresos y diversidad nutricional a una de cada cinco personas en todo el mundo, sobre todo mujeres, niños, agricultores sin tierras y otras personas vulnerables.
En los bosques también se libra la lucha por la igualdad de género, otro de los objetivos de desarrollo sostenible.
Según varios estudios, en 135 sociedades analizadas se determinó que las mujeres recolectaban el 79 por ciento del total de los productos alimentarios de origen vegetal y que de los 850 millones de personas que participan en la recolección de leña o producción de carbón vegetal, cerca del 83 por ciento son mujeres. Sin embargo, los beneficios del trabajo son desiguales.
A tiempo de gestionar mejor los bosques
Algunos países de América Latina están demostrando que se está a tiempo para llevar a cabo acciones para que el sendero sea distinto. En México existe en un programa ambicioso sobre bosques y cambio climático con una inversión de más de 460 millones de dólares para gestionar los bienes y servicios forestales de manera sostenible.
“Sabemos que cuidando los bosques tendremos trabajo por mucho más tiempo. Por eso es tan importante que los bosques sean gestionados de la manera más adecuada y así no se agotarán”, dice Luis Zárate que forma parte de un aserradero en un ejido de San Pedro el Alto.
En Brasil, el Banco Mundial también apoya la conservación y gestión del bosque del Cerrado, segundo bioma más grande de América del Sur que, debido a la actividad agrícola y de ganadería, sufre una deforestación más acelerada que la de la Amazonía en general. En Perú, acaba de arrancar un proyecto para recuperar 380, 500 hectáreas de bosques, que beneficiará a más de 2300 familias.
Fuente: Banco Mundial.