¡No dejes que tu cerebro se oxide!
¿Has estado un poco olvidadizo en las últimas semanas? ¿No encuentras las palabras exactas para expresarte? Entonces esta guía es para ti.
Mi mente ya no es tan ágil como antes. A veces, cuando busco mis lentes sin percatarme de que los tengo puestos, pienso: ¡Ay Dios, voy volando hacia el Alzheimer! Quizá mi cerebro está tan lleno de sapiencia acumulada —de qué número calzaba mi ex marido, los nombres de los hijos de Angelina Jolie, las calorías que contiene el requesón—, que el contenido está estancado, por no decir que ya casi no queda espacio para nada más.
Por si no lo has notado, tu cerebro, que según los expertos alcanza su apogeo funcional a los 22 años, ha ido declinando poco a poco desde que tenías unos 27. ¿Cómo podrías devolverlo a lo que era antes de que sus tuercas, tornillos y alambres empezaran a oxidarse y presentaran retrasos y fallas palpables?
Muchos científicos creen que la masa de sesos que tenemos puede entrenarse. Si fuera así, podríamos llegar a tener un cerebro vigoroso y fuerte realizando simplemente unos cuantos ejercicios mentales, como resolver crucigramas.
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Álvaro Fernandez, director ejecutivo de SharpBrains, firma de investigación de mercados interesada en la salud mental, dice: “Una vez que has resuelto cientos o miles de crucigramas, el beneficio tiende a ser mínimo porque la tarea se vuelve una rutina fácil más, tal vez un poco más estimulante y trabajosa que ver televisión, pero no tanto como para aportar ningún otro beneficio que volverte un experto en crucigramas”.
Si ya posees el conocimiento suficiente para saber que el alca común es un ave marina buceadora, es hora de que aprendas el lenguaje de señas o a tocar la tuba. La clave para mantener la mente ágil, dice Fernandez, es desafiarla todo el tiempo con actividades novedosas.
¿Has sentido que la capacidad de tu cerebro va disminuyendo con el paso del tiempo, o sientes todo lo contrario?