¿Quién inventó el frisbee?
El inventor Walter Fredrick Morrison nunca pensé que un molde para tarta que estaba lanzando al aire para divertirse podría redituarle dinero.
La inspiración provino de un simple molde para tarta: Walter Fredrick Morrison y su novia, Lucile Nay, descubrieron que los discos voladores podían redituarles dinero cuando un desconocido les pidió que le vendieran un molde para tarta que estaban lanzando al aire para divertirse en una playa de Santa Mónica, California.
En 1938 empezaron a vender moldes de cinco centavos a un cuarto de dólar cada uno. Con las ganancias, Walter le compró a Lucile un bonito anillo de compromiso de 35 dólares.
Tras cumplir un servicio como piloto de las Fuerzas Aéreas de su país durante la Segunda Guerra Mundial, Walter intentó crear “un disco que volara mucho mejor que el molde”. Asociado con un vendedor de gas butano llamado Warren Franscioni, ideó el Plato Volador, pero no llegó muy lejos. Finalmente, en 1955, creó una nueva versión, a la cual llamó Disco de Plutón.
Éste tenía un diseño parecido a la cabina de un ovni, y los nombres de los planetas grabados alrededor del borde. Wham-O, la visionaria empresa de juguetes conocida por sus resorteras y sus hula-hoops, en 1957 compró los derechos para fabricar el disco y lo renombró Frisbee.
A Walter no le gustó en absoluto el cambio de nombre. “Si me hubieran consultado, me habría opuesto firmemente”, contó en un libro sobre el negocio del frisbee (coescrito con Phil Kennedy).
A Wham-O no le agradaba el diseño de ovni del Disco de Plutón, ni tampoco los nombres de los planetas, así que optó por un diseño nuevo, con una franja en el centro y la leyenda “Modelo oficial profesional”.
A mediados de los años 60 “no había un solo techo donde no hubiera aterrizado un frisbee”, dice Robert Rauch, presidente de la Federación Mundial de Disco Volador. El frisbee era “sencillamente genial”, señala Tim Walsh, autor de un libro sobre Wham-O.