La apnea del sueño quizá sea ese ladrón. He aquí lo que necesitas saber.
Katharine Lawes se enteró de lo que es la apnea del sueño antes de que tuviera que pasar una noche en una clínica de diagnóstico. A su hermano mayor, a un primo y a un amigo suyo les habían diagnosticado ese trastorno. Así que cuando salió de vacaciones con su familia en el verano de 2012 y su hijo le hizo saber que había respirado de manera entrecortada toda la noche, comprendió de qué se trataba.
Katharine, mujer canadiense de 67 años que reside en España, también estaba enterada de lo grave que puede ser la apnea. Su hermano le había dicho: “Sientes cansancio durante el día porque no dormiste. Tu cuerpo tiene que esforzarse mucho para cumplir sus funciones. Cuando despiertas por la mañana, estás exhausto”.
Eso es justo lo que ocurre durante la apnea del sueño, dice el doctor F. Javier Puertas, director del Centro de Medicina del Sueño del Hospital Universitario de La Ribera, en Alzira, Valencia.
En las personas afectadas, las vías respiratorias superiores se estrechan y obstruyen el suministro de aire a los pulmones durante el sueño. Debido a la falta de aire, mucha gente ronca; luego, respira de forma entrecortada y se despierta para restablecer la respiración normal.
“En algunos casos eso pasa cientos de veces durante la noche”, señala Puertas. “La persona no está consciente de las veces que se despierta. Normalmente cada episodio dura tres, cuatro o cinco segundos, y al otro día la persona sólo recuerda que no tuvo un descanso reparador”.
No todas las personas que roncan tienen apnea del sueño, pero un ronquido muy fuerte, causado por la obstrucción de las vías respiratorias, en ocasiones es señal de este trastorno.
Otros síntomas son somnolencia diurna, dolor de cabeza por la mañana, presión arterial alta, despertar de forma abrupta o intervalos en que la respiración se suspende totalmente y otra persona lo nota.
Si no se trata, la apnea del sueño puede dificultar el control de la glucosa sanguínea y ocasionar diabetes, o aumentar la presión arterial y sus riesgos. Y tiene también un efecto potencialmente letal: los accidentes de tránsito causados por conductores somnolientos. Se calcula que la apnea del sueño tiene que ver con entre 20 y 30 por ciento de estos accidentes.
En una encuesta realizada en 2013 por la Sociedad Europea de Investigación del Sueño, uno de cada cinco europeos dijo haber dormitado unos segundos al volante en los dos años anteriores, y de los que se durmieron, 7 de cada 100 tuvieron un accidente de tránsito por esa causa.
En algunos países, la preocupación por estos accidentes ha llevado a las autoridades a tomar medidas para hacer que los conductores que padecen apnea del sueño busquen ayuda médica para controlar el trastorno, o se arriesguen a perder la licencia. ¿La buena noticia? “Se ha demostrado muy claramente que el tratamiento eficaz de la apnea del sueño reduce al mínimo el riesgo de sufrir un accidente automovilístico por esta causa”, señala el doctor Walter McNicholas, director de la Unidad de Trastornos Pulmonares y del Sueño en el Hospital Universitario Saint Vincent, en Dublín, Irlanda.
Hace dos décadas, sólo cuatro por ciento de los hombres y dos por ciento de las mujeres padecían apnea del sueño, pero estas cifras van en aumento en muchas zonas del mundo, en parte debido a que cada vez más personas presentan factores de riesgo del trastorno, entre ellos la obesidad. En Europa, por ejemplo, la apnea del sueño afecta a entre 35 y 70 millones de personas, según se calcula.
Al haber más casos, surge otra inquietud entre los especialistas. “La apnea del sueño se diagnostica monitoreando la respiración de la persona mientras duerme”, dice McNicholas, “así que la tarea de diagnosticarla en toda la gente que la padece es inmensa”. Como resultado, gran parte de la investigación actual tiene como objetivo encontrar maneras eficaces y sencillas de identificar la apnea del sueño, tanto en clínicas como en los hogares.
Hay dos soluciones promisorias: unos dispositivos que se colocan sobre la mesita de noche y que miden los patrones de sueño, y unos monitores portátiles que registran el sueño de las personas mientras los usan estando en la cama.
Hoy día la mayoría de la gente aún debe pasar una noche en una clínica del sueño para recibir el diagnóstico de apnea obstructiva. Muchas personas se llevan sorpresas al pasar por esta experiencia. “Pensé que no iba a poder conciliar el sueño, pero me dormí muy pronto”, dice Katharine Lawes. Según ella, pensar que había una solución para su problema la ayudó a quedarse dormida.
En la actualidad, el tratamiento más común y eficaz para la apnea del sueño es la presión positiva continua en vías aéreas (CPAP, por sus siglas en inglés). Se trata de un dispositivo que consta de una pequeña bomba de aire, un tubo y una máscara que cubre la nariz (o ésta y la boca) mientras se duerme para dirigir un flujo de aire continuo hacia las vías respiratorias superiores.
Pensar en dormir con una máscara puesta por el resto de la vida es muy desalentador para algunas personas, afirma el doctor Puertas. “Yo les digo a mis pacientes que la CPAP es como usar anteojos. En la mañana, cuando uno despierta, se los pone. De igual forma, a la hora de dormir, uno se pone la máscara de CPAP”.
Al cabo de un tiempo, algunas personas incluso sienten mucho apego por su dispositivo. “Se van a la cama, se ponen la máscara de CPAP y duermen como bebés”, dice McNicholas, quien cree que es una reacción subconsciente de las personas ante el hecho de poder relajarse y tener un buen descanso nocturno después de meses o años de padecer apnea del sueño sin recibir tratamiento.
Cuando Katharine Lawes inició el tratamiento, la máscara no le ajustaba bien; la solución fue usar una más pequeña. Luego, al empezar a sentir que el aire le molestaba, adquirió un accesorio especial para humedecer el aire y poder respirar mejor.
Katharine a veces se queda dormida sin la máscara, o se la quita en el transcurso de la noche, pero si pasa varios días sin la CPAP, vuelve a tener síntomas de apnea. Nota una diferencia un día después de no usar la CPAP durante el lapso mínimo de cinco horas completas que se recomienda: tiende a quedarse dormida por la tarde, y no se siente tan alerta ni con mucho vigor en esos días. “Saber que apegarme con rigor al tratamiento es esencial para mi salud me ayuda a ser constante”, comenta.
Las parejas de las personas que padecen apnea del sueño se tranquilizan cuando descubren que la CPAP cumple una tarea muy importante: en vez de preocuparse porque su pareja vaya a dejar de respirar, sienten alivio, dice el doctor Puertas. Algunas de estas personas se quejan por el ruido que hace el dispositivo, un problema que no es fácil de resolver; sin embargo, la alcoba suele volverse más silenciosa porque hay menos ronquidos.
“La mayoría prefiere el ruido uniforme y normalmente bajo de la CPAP a oír ronquidos fuertes”, añade. Y según un estudio reciente, contar con el apoyo de la pareja ayuda al paciente a apegarse al tratamiento.
Katharine Lawes se ha ido de vacaciones con sus familiares y amigos desde que inició el tratamiento. En uno de los viajes se quitó la máscara de CPAP durante la noche, y una amiga la despertó para decirle que se la pusiera otra vez porque estaba roncando. Katharine también está difundiendo información sobre la apnea del sueño. A otra amiga suya que padece problemas cardiacos le dijeron que podía tener apnea obstructiva, pero le daba miedo ir a una clínica del sueño. “Le aterraba hacerse la prueba”, cuenta Katharine, “pero la convencí de la importancia de recibir un diagnóstico”. Al cabo de un mes de usar la máscara de CPAP, la amiga le dijo que ya dormía mucho mejor, y que estaba ansiosa por recibir los resultados de unos nuevos estudios cardiacos que le habían hecho.
Cada vez más, la conciencia sobre la apnea del sueño hace que la gente acuda al médico. “Han leído sobre los riesgos de infarto y apoplejía, y saben que la apnea sin tratar aumenta mucho la probabilidad de sufrir esas complicaciones”, comenta el doctor McNicholas. “Es común que expresen sus inquietudes al respecto y su deseo de que les hagan pruebas diagnósticas de apnea del sueño”.
Muchas personas se sorprenden de haberse acostumbrado a usar la CPAP. “Antes del tratamiento, la gente piensa que no va a poder dormir con una máscara puesta”, añade McNicholas, “pero lo cierto es que toleran muy bien el dispositivo y obtienen un enorme beneficio de él”.
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