¿Existe una fórmula para ser feliz? Tal vez no haya una receta mágica, pero sí hay ciertos hábitos que marcan una gran diferencia. Así lo afirma Arthur C. Brooks, catedrático de Harvard y uno de los expertos más influyentes en temas de bienestar. En un video que se volvió viral en redes sociales, Brooks revela los cuatro hábitos que comparten las personas que se consideran realmente felices.
Lo que hacen diferente las personas felices
Y no, no se trata de tener más dinero o fama, sino de decisiones cotidianas que cualquiera puede adoptar. Aquí te los contamos.
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1. Usar tus talentos naturales
Las personas más felices no ignoran sus fortalezas, sino que las usan todos los días, ya sea en su trabajo, en el voluntariado o en actividades creativas. Estar alineado con lo que se te da bien no solo mejora tu desempeño, también eleva tu autoestima y reduce el estrés. De hecho, expertos en psicología laboral coinciden en que cuando nuestras tareas reflejan quiénes somos, nos sentimos más satisfechos y plenos.
2. Hacer algo que realmente importe
Brooks destaca que la felicidad va de la mano con el propósito. No basta con tener un empleo estable o un título importante. Lo que de verdad cuenta es sentir que lo que haces tiene valor personal. Esta conexión emocional con tu trabajo —o con tus actividades cotidianas— ha sido respaldada incluso por la Organización Mundial de la Salud como una herramienta clave para prevenir la ansiedad y la depresión.
3. Ver los frutos de tu esfuerzo
¿Alguna vez te has sentido bien por tachar algo de tu lista de pendientes? Esa sensación tiene base científica. Las personas felices suelen reconocer y celebrar sus logros, aunque sean pequeños. Esto genera un ciclo positivo: más motivación, más confianza y más energía para seguir adelante. Según especialistas en psicología del bienestar, este hábito refuerza la percepción de capacidad personal y fortalece la satisfacción a largo plazo.
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4. Vivir con un propósito claro
Ya sea cuidar de tu familia, participar en una causa social o emprender un proyecto personal, tener un “para qué” le da sentido a tus decisiones y te ayuda a atravesar los momentos difíciles. Según Brooks, contar con una brújula interna permite mantener el rumbo incluso cuando la vida se vuelve incierta.
¿Y qué más puede ayudarte a ser feliz?
Además de estos cuatro hábitos esenciales, Brooks sugiere incorporar otras prácticas que también influyen en el bienestar. Hacer ejercicio regularmente, por ejemplo, estimula las llamadas “hormonas de la felicidad”, como la dopamina y la serotonina. Y cultivar relaciones personales sólidas —con familia, amigos o comunidad— es clave para contar con apoyo emocional y mejorar la calidad de vida.
La felicidad, concluye Brooks, no es una meta distante, sino un proceso que se construye día a día. Y todo empieza con decisiones pequeñas, pero significativas.