Gastaste miles en esa nueva pantalla 4K pensando que verías cada detalle con una nitidez sin precedentes. Sin embargo, la ciencia tiene algo que decirte: lamentablemente tus ojos no pueden notar tanta diferencia.
    
    
    
 
Una investigación de la Universidad de Cambridge, realizada junto con Reality Labs (Meta), reveló que el ojo humano tiene un límite natural para percibir la resolución de las imágenes. Más píxeles no significan necesariamente una mejor experiencia visual.
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El límite de lo que podemos ver
Los investigadores concluyeron que, a partir de cierto punto, aumentar la resolución ya no mejora lo que el ojo humano puede distinguir. Es decir, si tu televisor o celular supera ese umbral, estás pagando por una calidad que tu vista simplemente no puede aprovechar.
La doctora Maliha Ashraf, autora principal del estudio publicado en Nature, explicó:
“A medida que se avanza en la ingeniería de pantallas de alta resolución, debemos entender el punto máximo a partir del cual las mejoras dejan de tener sentido”.
Hasta ahora, la mayoría de los estudios sobre visión humana y pantallas estaban desactualizados o se centraban en partes aisladas del ojo. Cambridge decidió hacer un experimento más completo.
El experimento: una mirada al detalle
Los científicos montaron una pantalla 4K de 27 pulgadas en un sistema que podía moverse con precisión a diferentes distancias del observador, simulando así distintas resoluciones percibidas.
18 participantes con visión normal observaron imágenes en color y en blanco y negro, mientras se medía su capacidad para distinguir detalles en diferentes zonas de la retina.
    
 
El parámetro usado fue el PPD (píxeles por grado), que mide cuántos píxeles se pueden percibir dentro del campo visual. En promedio:
- 94 PPD para imágenes en blanco y negro
- 89 PPD para tonos rojo y verde
- 53 PPD para colores amarillo y violeta
En palabras simples: más allá de cierto punto, nuestros ojos no ganan nada con más resolución.
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Lo que realmente importa
En una habitación promedio, con una distancia de 2.5 metros entre tú y el televisor, una pantalla 4K no ofrece ventajas reales sobre una Quad HD (QHD) del mismo tamaño.
El investigador Rafał Mantiuk, coautor del estudio, lo resume así:
“Si una pantalla tiene más píxeles de los que el ojo puede percibir, se vuelve menos eficiente, más costosa y consume más energía.”
En otras palabras, el límite no está en la tecnología, sino en nosotros.
Nuestros ojos son sensores limitados, pero el cerebro hace el resto: interpreta y completa lo que no alcanza a ver. Así que quizá la próxima vez que te ofrezcan una “pantalla ultra 8K”, piénsalo dos veces: tus ojos no notarán la diferencia.