Un grupo de entusiastas del vino mexicano reunidos en un proyecto vinícola te recomienda tres opciones y sus maridajes
El largo periodo veraniego se presta a experimentar y probar cosas nuevas. Si te agradan las bebidas burbujeantes te encantará un espumoso mexicano, limpio y brillante con un color dorado intenso ¡Justo como el verano!
Esta bebida se relacionan mucho con las festividades por su gas disuelto con burbujas; dicho efecto se logra con una segunda fermentación realizada en la misma botella.
Existen vinos que en particular son elaborados a partir de la mezcla de Pinot Noir y Chardonnay; las notas cítricas te permitirán combinarlo con infinidad de platillos y convertir un día cálido en un momento para recordar.
Te recomendamos acompañarlo de aperitivos como:
No es necesario ser un experto para degustar de un buen tinto en un día soleado y de paso beneficiarse de sus beneficios a la salud, pues ayuda en la prevención de problemas cardiovasculares y ejerce un efecto antioxidante en el cuerpo, gracias a sus taninos, los cuales les dan textura al vino.
Los taninos se encuentran en la piel de las uvas o en las duelas de roble para las barricas (donde vierten el vino y se guarda para maduración) lo que le otorga un sabor áspero.
Aunque puedes combinarlo con lo que más te guste mientras ves una buena película o lees tu libro favorito se sugiere acompañarlo con:
El verano es la temporada más cálida de las estaciones y además está vinculada con la cosecha y con el periodo vacacional, así que se presta para comer algo fresco y acompañarlo con un vino blanco con notas de limón amarillo, ralladura de limón verde, piña madura, pera verde, té de limón y manzana verde.
Este tipo de vino suele ser ‘seco’, es decir sin azúcar o con muy poca, gracias a su elaboración con uvas blancas. Si te agrada la idea prueba un vino de mediana intensidad y haz tus combinaciones con comidas o postres ¡Ponte creativo!
Te recomendamos probarlo con:
Y olvídate de que solo los vinos costosos son los mejores. “Un buen vino es el que más te guste y el que mejor se acomode a tus posibilidades económicas” asegura Valentina Ortiz Monasterio, directora de Balero, un grupo de entusiastas del vino mexicano reunidos en este proyecto vinícola.
El vino es uno de los elementos indispensables en una comida social, laboral o simplemente para disfrutar de un buen rato entre amigos. Hoy en día existen infinidad de recomendaciones sobre el vino y cómo servirlo, pero para que parezcas un auténtico winlover y sorprendas a tus acompañantes la Denominación de Origen Rueda te ofrece cinco sencillos consejos sobre el ritual a la hora de consumirlo:
En el caso del vino blanco es importante enfriarlo mínimo cuatro horas antes de abrirlo, aunque el tiempo puede variar según el vino de que se trate. Si son vinos ricos en aromas frutales y florales es recomendable servirlos muy fríos, en torno a los 4-5 grados, y en el caso de que tengan crianza y un carácter tostado pueden servirse a 12 grados.
Para hacerlo como un auténtico sommelier utiliza un abridor de calidad para evitar que el corcho se rompa. Al abrirla mantén la botella siempre apoyada y quieta en la mesa con la etiqueta visible para el comensal.
Una vez abierta la botella de vino elegida se recomienda oler el corcho, pues su aroma determinará el estado del líquido, ya que sus posibles defectos aromáticos se trasladan al corcho.
Una vez servido en la copa lo ideal es utilizar un fondo blanco para observar su color. También puedes elevar la copa a la altura de los ojos; eso si, no olvides mantenerla en perpendicular. Con esas acciones podremos valorar sus colores, la lágrima y su rotundidad o suavidad. Es importante que el vino sea transparente y brillante.
Es recomendable tomar antes los vinos jóvenes que los envejecidos, los fríos que los atemperados y los secos que los dulces. Si son del mismo estilo mejor empezar por aquellos con menor graduación alcohólica.
Por último, recomiendan expertos de Denominación de Origen Rueda, no olvides la importancia de utilizar las herramientas necesarias para servir un vino blanco correctamente como un buen sacacorchos y un cortacápsulas que permita realizar un corte fino y evitar una posible contaminación del vino. Tampoco olvides el uso de una tapa de botella para poder conservar el vino que no se consume y dure más tiempo.
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