La ciencia avala que existe más de una forma de comer bien y obtener excelentes beneficios para la salud. Un estudio dado a conocer a principios de febrero por la revista académica JAMA Internal Medicine determinó que es posible la reducción del riesgo de muerte prematura (por cualquier motivo) en casi un 20 por ciento con el apego a cuatro patrones de alimentación saludable aplicados en Estados Unidos.
El estudio llamado ‘Patrones de alimentación saludable y riesgo de mortalidad total y por causas específicas’ destaca que existe más de una forma de comer bien y obtener excelentes beneficios para la salud.
Las personas que se apegaron a cualquiera de los patrones de alimentación saludable —basados en un alto consumo de cereales integrales, frutas, verduras, frutos secos y legumbres— tuvieron menos probabilidades de morir de cáncer, enfermedades cardiovasculares, respiratorias y neurodegenerativas.
El Dr. David Katz, especialista en medicina del estilo de vida, reiteró la importancia de la alimentación para evitar decesos prematuros.
Lo mejor de este estudio, en el que participaron miles de personas en Estados Unidos, es que las asociaciones benéficas fueron consistentes en diferentes grupos raciales y étnicos, incluidos hispanos, negros no hispanos y blancos no hispanos.
El estudio siguió los hábitos alimentarios de 75,000 mujeres participantes en el Nurses’ Health Study y de más de 44,000 hombres en el Health Professionals Follow-up Study durante 36 años.
Ninguno de los hombres y mujeres padecía enfermedades cardiovasculares al inicio del estudio, y pocos eran fumadores. Todos rellenaron cuestionarios sobre su alimentación cada cuatro años.
Las Pautas Alimentarias para los Estadounidenses actualmente recomiendan múltiples patrones de alimentación saludable.
Sin embargo, pocos estudios han examinado las asociaciones de la adherencia a diferentes patrones dietéticos con el riesgo a largo plazo de mortalidad total y por causas específicas.
Ese estudio analizó esas asociaciones y descubrió varias formas de alimentación que no solo mantienen saludable a quien las consume, sino que disminuye un nada despreciable 20 por ciento el riesgo de una muerte prematura.
El estudio reitera que la dieta sigue siendo una piedra angular para el mantenimiento de una salud óptima. Una investigación de 2017 reveló que la dieta poco saludable es una de las principales causas de muerte en el mundo.
Pero investigaciones como la mencionada se basaban en nutrientes o alimentos individuales en relación con la mortalidad total y por causas específicas, es decir, se olvidó que el ser humano no consume nutrientes aislados o alimentos individuales.
El ser humano consume una amplia variedad de alimentos con combinaciones de nutrientes y fitoquímicos que pueden tener diversos efectos, así que ahora se evalúan los efectos potencialmente interactivos y acumulativos entre los diferentes componentes de la dieta y sus resultados en la salud. (Superalimentos que toda mujer necesita en su dieta).
La gente suele aburrirse con una sola forma de comer, dice el Dr. Frank Hu, coautor del estudio. Y ese aburrimiento es una buena noticia, agrega. “Significa que tenemos mucha flexibilidad a la hora de crear nuestras propias pautas alimentarias saludables, que pueden adaptarse a las preferencias en alimentos, los estados de salud y las culturas de cada persona”.
Hu explicó que si se sigue una dieta mediterránea saludable y al cabo de unos meses se quiere probar algo distinto, como una dieta DASH o a una dieta semivegetariana, todas darán excelentes resultados, explica.
La dieta DASH es baja en sal y alta en frutas, vegetales, granos integrales, lácteos bajos en grasas y proteínas magras. Corresponde a las siglas en inglés de Enfoques Alimentarios para Detener la Hipertensión (Dietary Approaches to Stop Hypertension). Este régimen originalmente fue creado como apoyo para la reducción de la presión arterial alta, pero también ha servido para la pérdida de peso saludable.
Durante el estudio el equipo de Hu, catedrático de Nutrición y Epidemiología y director del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, puntuaron a los participantes según el grado de seguimiento de cuatro estilos de alimentación saludable que están en sintonía con las directrices dietéticas estadounidenses actuales.
Uno de ellos es la dieta mediterránea, que hace hincapié en el consumo de frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos, legumbres, pescado y una gran cantidad de aceite de oliva.
Este patrón dietético hace hincapié en las grasas saludables, especialmente las monoinsaturadas, además de los alimentos de origen vegetal y el consumo moderado de alcohol.
La siguiente se denomina dieta vegetal saludable, que también se centra en comer más productos vegetales, pero da puntos negativos a todos los productos animales y a cualquier tipo de alcohol. “Incluso desaconseja opciones relativamente sanas, como el pescado o algunos productos lácteos”, explica Hu, quien añade que el plan de alimentación desaprueba alimentos vegetales poco saludables, como los productos derivados de la papa.
Hu precisa que los vegetarianos están probablemente en el extremo superior de esta puntuación de la dieta, mientras que quienes comen una gran cantidad de productos de origen animal o carbohidratos altamente procesados estarían en el extremo inferior de esta puntuación.
Las directrices nutricionales básicas de Estados Unidos hacen hincapié en los alimentos sanos de origen vegetal, desaprueban la carne roja y procesada y desaconsejan el consumo de azúcar añadido, grasas poco saludables y alcohol.
Estas directrices nutricionales básicas están basadas en el Índice Alterno de Alimentación Saludable que se desarrolló en Harvard, explicó Hu, y utiliza las “mejores pruebas disponibles” para incluir los alimentos y nutrientes más estrechamente relacionados con un menor riesgo de enfermedades crónicas.
“Incluimos explícitamente los frutos secos, las semillas, los cereales integrales y un menor consumo de carnes rojas y procesadas y de bebidas azucaradas”, añadió. “Se permite un consumo moderado de alcohol”. Esto es lo que le sucede a tu cuerpo cuando comes una dieta vegana.
Una mejora del 25 por ciento en la dieta de los participantes redujo entre un seis y un 13 por ciento el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares y entre 7 y 18 por ciento la posibilidad de morir de cáncer.
El riesgo de muerte por enfermedades neurogenerativas —como la demencia— se redujo un siete por ciento.
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