1. Manténlos activos
El final del verano no debe significar que se acaben las actividades al aire libre. Si puedes, inscribe a tus hijos en algún club deportivo, pídeles que saquen a pasear al perro o que anden en bicicleta. Si viven cerca de la escuela, no los lleves en el auto: es mejor que los acompañes caminando.
2. Desconéctalos
Pasar varias horas usando la computadora cansa la vista y también puede provocar dolor de cuello y espalda. Tus hijos deben sentarse al menos a medio metro de la pantalla y hacer pausas, recomienda la doctora Dana Weintraub, del Hospital Infantil Lucile Packard, en Palo Alto, California. Fija un horario para que naveguen por Internet y asegúrate de que lo respeten.
3. Reajusta la hora de ir a la cama
Evita que los niños pierdan horas de descanso haciendo que se acuesten y se levanten poco a poco más temprano. Esto hará que se habitúen de nuevo al ritmo y que les cueste menos acostarse y levantarse. Si los niños siguen sin sueño a la hora de dormir, reduce las porciones de alimento en la cena y no les des café antes de la hora de ir a la cama.
4. Aligera las mochilas lo más posible
Una mochila no debe pesar más del 10 o 15 por ciento del peso de un niño. Elige mochilas con almohadillas en las correas de los hombros y la espalda; asegúrate de que los útiles más pesados queden en el centro. Como medida adicional, consigue mochilas provistas de correa para la cintura o, mejor aún, que tengan ruedas.
5. Nútrelos bien
Procura darles un almuerzo y refrigerios que incluyan frutas y verduras, así como productos lácteos y granos enteros. Nutrir a los niños con alimentos saludables, en lugar de darles comida chatarra, los mantendrá activos, atentos y con ganas de aprender a lo largo de la jornada escolar.
¿Cómo logras que tu hijo no sienta que la escuela es una tortura después de las vacaciones?