Para empezar, consulta a tu farmacéutico sobre los antiácidos de venta libre, o los inhibidores de ácido, como la ranitidina, el omeprazol o la cimetidina. Pero el objetivo a largo plazo es determinar (y evitar) lo que a ti te provoca acidez estomacal.
Cuando el ácido gástrico refluye a tu esófago, sientes un ardor molesto. Un esfínter esofágico de tejido muscular, llamado píloro, suele mantener el ácido gástrico en su lugar.
La acidez estomacal ocurre porque el ácido se dirige hacia arriba, lo que se conoce como reflujo. Las comidas abundantes y ciertos alimentos pueden causar acidez estomacal, y ésta es más probable en las embarazadas, en las personas con sobrepeso y en los fumadores, o en quienes padecen hernia hiatal.
Ciertos medicamentos (como la aspirina), algunos antibióticos y ciertos antidepresivos y sedantes pueden agravar la acidez estomacal.
La raíz de malvavisco es uno de los remedios más antiguos para la acidez estomacal. Esta planta produce una sustancia pegajosa y feculosa, llamada mucílago, que recubre y protege las membranas mucosas del esófago.
Quizá esto sea lo que necesitas si te arde el esófago. En una taza de agua, agita una cucharadita de raíz de malvavisco en polvo y bébela a sorbos. Toma de tres a cuatro tazas al día.
La acidez estomacal ocasional no es grave; pero si es recurrente podría ser un síntoma de reflujo gastroesofágico, enfermedad que puede causar afecciones como úlcera esofágica y tos crónica.
Acude a tu médico si experimentas acidez estomacal tres o cuatro veces por semana durante varias semanas, si resuella o ha enronquecido, si se te dificulta tragar o has perdido peso con rapidez.
Los anteriores podrían ser síntomas de cáncer, en especial si ya rebasaste los 40 años de edad. Los síntomas de la acidez estomacal grave llegan a confundirse con los de un infarto.
Si se presentan después de ingerir alimentos y se aplacan con agua o con antiácidos, muy probablemente se trata de acidez estomacal.
Si experimentas la sensación de estar lleno, opresión o un dolor sordo en el centro del pecho, dificultad para respirar o mareo ligero y sudor frío, llama de inmediato a tu médico, a una ambulancia, o acude a un hospital.
Extraído del libro: “1001 remedios caseros”, Selecciones Reader’s Digest
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