Restauración de murales prehispánicos gracias a Agustín Villagra
Los murales prehispánicos son difíciles de preservar, pero el trabajo de Agustín Villagra permite rescatar las obras deterioradas.
La pintura prehispánica en México tiene un valioso registro en el Fondo documental Agustín Villagra Caleti, con copias exactas realizadas por el artista durante 26 años, entre 1937 y 1963.
Esas reproducciones sirvieron para rescatar obras deterioradas a lo largo del tiempo, como los murales de Bonampak, Chiapas, y los colores originales de un mural perteneciente a la construcción anterior al templo redondo en Tlatelolco.
Son 4,308 dibujos que dan testimonio de la historia del arte prehispánico que ha sufrido daños a lo largo del tiempo, la mayoría en sitios arqueológicos como Teotihuacan, Palenque, Monte Albán, lxtapantongo (Estado de México) y Tamuín (San Luis Potosí).
“Agustín Villagra Caleti (1907-1985) trabajó para el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) toda su vida como dibujante; él hacía la calca de la pintura o copia, según el tipo de mural, su trabajo obviamente es para conservar la pintura, porque si alguna se daña, ya se tiene el testimonio trazado.
El artista, nacido en la Ciudad de México en 1907, fue uno de los primeros que trabajaron con el INAH para el registro arqueológico; estudió dibujo y pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes.
Su vida profesional como pintor y copista se inició en el departamento de Bellas Artes de la Secretaría de Educación Pública, fue ayudante en el departamento de Monumentos Coloniales y en 1947 fue comisionado para reproducir la pintura mural del interior de los tres cuartos en el sitio maya de Bonampak.
Cuando comenzaron las exploraciones institucionales en sitios mesoamericanos a principios del siglo xx, la copia por medio del dibujo se convirtió en una herramienta necesaria para ilustrar el trabajo arqueológico.
Independientemente de otros medios como la fotografía, el dibujo ha sido una técnica o método de trabajo para documentar y asegurar la permanencia de materiales culturales.
En los tiempos en que Villagra trabajó en sitios como Bonampak (1947) con el propósito de reproducir la pintura mural, la fotografía no estaba tan avanzada para cumplir esos fines, además de que prevalecía la tradición de emplear ilustraciones.
“Todo empezó con la colección que donó Adrián Villagra Vicens, hijo de Agustín Villagra, al IIE en 2006, con documentos que tenía su padre en casa. Es un orgullo contar con ese acervo y difundirlo; una de las tareas del IIE es conservar el patrimonio cultural de México desde la época prehispánica hasta nuestros días”, mencionó Leticia Staines Cicero, investigadora del IIE y coordinadora de ese proyecto, al periódico La Jornada.
“Agustín Villagra era una persona muy cuidadosa, tenía una extraordinaria habilidad, sus dibujos son totalmente confiables, exactos, o casi, al original, sobre todo cuando era calca directa”.
“Sirven para su estudio, porque efectivamente hay pinturas que han perdido una capa pictórica o alguna parte y, bueno, tenemos la evidencia de su estado original en el trabajo de Villagra”, explicó la investigadora del IIE.
Resguardados por el Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desde 2006, los documentos en ese fondo son “únicos”, ya que algunas de las obras dibujadas se han deteriorado con el paso del tiempo, y ese acervo representa un “valioso” registro para su conservación y estudio.
Constituyen una ayuda para conservar el patrimonio mexicano, como pasó con la devolución de una columna arqueológica en manos de un coleccionista anónimo y regresada por el gobierno austriaco al país el pasado 16 de marzo.
En esa ocasión, el Centro INAH en Campeche identificó el origen de la pieza gracias a una fotografía incluida en el registro del mayista Teobert Maler (1842-1917), donde se pudo conocer que fue extraída del edificio principal, llamado El Palacio en la zona arqueológica de Santa Rosa Xtampak.
“Todavía no se puede tener acceso al acervo Villagra porque seguimos en proceso de clasificación e identificación, para guardarlo correctamente y con todo lo necesario para que se conserve en perfecto estado. Estamos creando una base de datos para que pueda estar disponible en línea y en consulta presencial, y el público interesado en el tema pueda ver los dibujos y fotografías, en su mayoría en blanco y negro en diferentes tamaños, de murales extremadamente grandes, difíciles de digitalizar, por ejemplo, las calcas directas de las pinturas de Bonampak. Cuando lo pongamos en línea va a estar toda la información necesaria”, dijo la investigadora.
En la página Memoria del mundo se aprecian unos pocos dibujos de ese fondo, que incluyen apuntes de un mural pertenecientes a una construcción anterior al templo redondo en Tlatelolco, en el que Villagra Caleti trabajó en 1961.
Fuentes: La Jornada, scielo.org.mx / Imagen tomada de La Jornada, cortesía Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México