Desde pequeñas estas jóvenes se han enfrentado a diversos retos por el hecho de ser mujeres y jugar futbol, ya sea discriminación, críticas severas de gente que las rodea, e incluso estudiar y jugar al mismo tiempo.
Patricia Jardón, delantera de 22 años, dijo que ha trabajado con mucha dedicación porque además es un orgullo formar parte de esta liga que representa a la Máxima Casa de Estudios.
“Los retos que he encontrado en el futbol desde pequeña es jugar con niños y que no te aceptan por ser niña, no te quieren e incluso te dejan jugar menos tiempo”.
He resuelto estos obstáculos con mucho esfuerzo y dedicación, añadió la jugadora, donde he demostrado que puedo ser igual o mejor, y como mujer tienes todo para estar en la cancha.
Por su parte, Ana López defensa central de 23 años y estudiante de Enfermería de la UNAM, menciona que tiene tatuados los colores azul y oro, porque además ya había representado a esta institución.
“Por practicar este deporte he afrontado críticas muy fuertes, tanto de mis compañeros como de mis maestros, debido a que en años anteriores el futbol femenil no era considerado profesional”.
Además, me preguntaron si de esto voy a vivir o si tendré algún fruto, pero ahora que estoy dentro he sido muy apoyada y hasta me han aplaudido. Gracias al apoyo de mis padres sigo adelante, también lo tuve de mis amigos y entrenadores que nunca me soltaron de la mano y me apoyaron en mi objetivo de un día ser profesional.
Danila Padilla, delantera de 21 años, juega desde que tenía seis años, y hoy es una orgullosa estudiante de Matemáticas Aplicadas y Computación de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.
Opté por el futbol porque es mi pasión, es lo que más me gusta, y aunque sé que es una profesión que dura muy poco lo voy a disfrutar al máximo. Además, tengo también mi carrera.
México es un poco machista, y en muchas ocasiones no aceptan que nos dediquemos a este deporte. Buscamos alternativas para que se den cuenta que también podemos jugar al mismo nivel de los hombres, y que además somos iguales.
En palabras de Ximena Márquez, portera de 22 años, representar a este gran equipo culmina todo un proceso de 10 años, donde además se siente muy feliz por estar en su casa y su gente que es la UNAM.
“Me dedico a esto porque es algo que me encanta y amo, podría hacerlo todo el día, todo el tiempo, y entrar a Pumas es lo mejor que me pudo haber pasado”, concluyó.
En este proceso ha desafiado llevar su carrera y al mismo tiempo jugar el futbol. Recordó que antes las mujeres no podían estudiar y menos practicar este deporte, y por ello, es todo un reto que además le apasiona.
Fuente: UNAM Global
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