El cuidado de la alimentación es uno de los factores que pueden prevenir el retraso o la incidencia de diagnóstico de algún tipo de demencia en la vejez. En el mundo se suman 7, 700,000 de casos nuevos de demencia cada año.
Actualmente las personas son más longevas gracias a la mejor calidad de vida que existe en comparación con la que tenían nuestros abuelos y los avances médicos.
No obstante, la longevidad puede abrir la puerta al desarrollo de enfermedades que afectan al cerebro, como es el caso de las demencias y, en específico, del Alzheimer.
El Alzheimer es una enfermedad progresiva y degenerativa del cerebro que provoca el deterioro de la memoria, el pensamiento y la conducta.
Se le considera la demencia más común y se desconoce qué la provoca. En México cerca de 800,000 adultos mayores presentan algún tipo de demencia.
La Federación Internacional de Alzheimer (Alzheimer’s Disease International ADI) señala que entre las enfermedades crónicas, la demencia y deterioro cognitivo son los mayores contribuyentes a discapacidad, con un gran impacto en la calidad de vida del enfermo y en la sobrecarga del cuidador, por lo que debe considerarse un problema de salud pública.
Al no tener cura, la ADI busca generar mayor conocimiento sobre la enfermedad, concientizar a la población e invitar a quienes la padecen a que asistan a grupos de apoyo.
La prevención es una prioridad, siendo el cuidado de la alimentación uno de los factores que pueden prevenir el retraso o la incidencia de diagnóstico de algún tipo de demencia en la vejez.
De acuerdo con diversos estudios, los ácidos grasos Omega 3 podrían tener un papel muy importante en la prevención de esta enfermedad, pues la función de las neuronas está modulada por estos, además de mostrar propiedades neuroprotectoras.
Sin embargo, no pueden ser sintetizados por el cuerpo humano, por lo que deben ser obtenidos de fuentes externas a través de la alimentación.
La principal fuente de Omega 3 son los pescados azules como el atún, una proteína marina que actualmente es accesible para toda la población y que ha permitido a las familias mexicanas mejorar su dieta con un alimento práctico, versátil, que brinda un gran costo/beneficio.
Este pescado, además, permite el disfrute de una proteína con alto valor biológico en una amplia variedad de presentaciones, atributos que posicionan al atún como uno de los alimentos favoritos de las personas.
Las investigaciones señalan que la ingesta de atún y otros pescados disminuyen la velocidad de deterioro cognitivo en adultos mayores sanos y disminuye la incidencia de diagnóstico de demencia, por lo que se recomienda su consumo al menos tres veces por semana para generar beneficios en la salud de nuestro cerebro.
Otros consejos para ayudar prevenir la aparición de esta y otras demencias en la edad adulta son:
Cifras de la ADI estiman que en el mundo se suman 7.7 millones de casos nuevos de demencia cada año y que aparece un caso nuevo cada 4 segundos.
Ante esa realidad resulta importante el autocuidado a través de la alimentación y los chequeos médicos periódicos… ¡Trabaja por una vida plena y saludable!
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