Rosácea: ¿qué es, por qué aparece y cómo tratarla?

La rosácea es una afección crónica y común de la piel que se manifiesta principalmente en el rostro. Provoca enrojecimiento persistente, aparición de granitos con o sin pus, y vasos sanguíneos dilatados que pueden notarse con facilidad. Aunque no tiene cura, puede controlarse con un tratamiento adecuado y buenos hábitos de cuidado personal.

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¿Qué es la rosácea?

Según la Clínica Mayo, la rosácea es una enfermedad inflamatoria de la piel que suele afectar las mejillas, la nariz, la frente y el mentón. Los síntomas pueden presentarse durante semanas o meses y luego disminuir, lo que a veces dificulta su diagnóstico. Esta condición también puede confundirse con el acné, la dermatitis o incluso con reacciones alérgicas.

Principales síntomas

  • Enrojecimiento facial persistente, sobre todo en mejillas y nariz.
  • Venas visibles o arañas vasculares, especialmente en pieles claras.
  • Protuberancias similares al acné, con o sin pus.
  • Sensación de ardor o calor en la piel afectada.
  • Ojos secos e irritados, conocidos como rosácea ocular.
  • Engrosamiento de la piel en la nariz, más común en hombres (rinofima).

¿Por qué aparece la rosácea?

Aunque no se conoce una causa única, hay varios factores que podrían contribuir al desarrollo de esta enfermedad:

  • Genética: Las personas con antecedentes familiares de rosácea tienen mayor riesgo.
  • Problemas vasculares: La dilatación anormal de los vasos sanguíneos puede causar enrojecimiento.
  • Inflamación crónica: Estímulos como el sol, el estrés o ciertos alimentos pueden desencadenar reacciones inflamatorias.
  • Ácaros Demodex: Estos microorganismos habitan naturalmente la piel, pero en personas con rosácea pueden estar presentes en mayor número.

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Factores que pueden desencadenar brotes

Cada persona es distinta, pero algunos desencadenantes comunes incluyen:

  • Exposición solar
  • Estrés emocional
  • Cambios bruscos de temperatura
  • Viento o clima extremo
  • Ejercicio intenso
  • Alcohol
  • Alimentos picantes o muy calientes
  • Baños con agua muy caliente

Llevar un diario puede ayudarte a identificar tus desencadenantes personales.

¿Cómo se trata la rosácea?

No existe una cura definitiva, pero sí múltiples formas de mantener los síntomas bajo control y mejorar el aspecto de la piel:

Tratamientos médicos

  • Medicamentos tópicos: Cremas, geles o ungüentos con antibióticos, antiparasitarios o vasoconstrictores para reducir el enrojecimiento y las protuberancias.
  • Medicamentos orales: Antibióticos (como la doxiciclina) y retinoides, especialmente en casos moderados o severos.
  • Láser y fototerapia: Ayudan a reducir las arañas vasculares y el engrosamiento de la piel.
  • Cirugía: En casos avanzados, puede ser necesaria para remodelar zonas afectadas como la nariz.

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Cuidados personales

  • Usa productos suaves para piel sensible, como los de Eucerin, La Roche-Posay o CeraVe.
  • Evita exfoliantes y productos con alcohol o fragancias fuertes.
  • Hidrata tu piel diariamente.
  • Usa protector solar con FPS 30 o más todos los días.
  • Lava tu rostro con agua tibia, nunca caliente.

Tratamiento ocular

Si presentas síntomas en los ojos, como sequedad o irritación, consulta con un oftalmólogo. Es posible que necesites gotas lubricantes o antibióticos en crema. También puedes aplicar compresas tibias (no calientes) y limpiar los párpados con champú para bebés diluido.

Apoyo emocional y calidad de vida

La rosácea puede afectar la autoestima y la vida social, especialmente cuando los síntomas son visibles. Si te sientes ansioso o deprimido, busca apoyo profesional o grupos de ayuda. Hablar con otras personas que viven con esta condición puede marcar una gran diferencia.

¿Quién trata la rosácea?

El especialista principal en el tratamiento de la rosácea es el dermatólogo. También pueden intervenir:

  • Oftalmólogos, si hay síntomas oculares.

Tener una enfermedad crónica como la rosácea puede ser complicado y puede incrementar la posibilidad de sufrir ansiedad y depresión. Muchos individuos con rosácea, especialmente aquellos con cambios visibles en la piel, mencionan que esto restringe su vida social. Si experimenta problemas emocionales, busque la ayuda de un especialista en salud mental o únete a un grupo de apoyo que se reúna en persona o en línea.

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