Todos hemos pasado por esto: sales de la consulta médica con tu receta para después dirigirte hacia la farmacia y comprar el medicamento. Le entregas la hoja al encargado y cuando te dice el costo, sientes un nudo en la garganta… Nos queda claro que la salud, más que un gasto es una inversión, y la verdad es que los medicamentos no siempre están al alcance de todos.
Sabemos que un medicamento, ya sea pastilla, jarabe o cápsula, sirve para tratar enfermedades… pero ¿de qué están hechos?
En general, de uno o varios principios activos (encargados de curarte) y sustancias inactivas o excipientes, que sirven para poder administrarlo, además de darle la consistencia, forma y sabor.
Aquellos conocidos como de “marca”, son el resultado de un proceso de investigación de una farmacéutica, el cual está protegido por una patente, por lo tanto, sólo lo puede fabricar el laboratorio que lo desarrolló durante el tiempo que esta dure, posteriormente podrán “replicarse”. Y es entonces cuando surgen los genéricos y similares, que contienen el mismo principio o principios activos.
Aunque ambos medicamentos (genéricos y similares) contengan el mismo principio activo que el de patente, no es igual elegir un medicamento similar que uno genérico, ¿por qué?
¿Has escuchado el término genérico intercambiable? Es la forma correcta de llamar a los genéricos, pues, según información publicada en el libro “Farmacología general. Una guía de estudio”, éstos han pasado pruebas de intercambiabilidad, demostrando ser iguales o equivalentes que el producto de patente, esto al contar con la misma sustancia activa, vía de administración y concentración.
En contraste, los similares no han pasado estas pruebas, por lo tanto, aunque tengan el mismo principio activo y cantidad, no se les considera intercambiables, pues su preparación o aditivos pueden variar la forma como el fármaco se comporta en tu cuerpo.
Los medicamentos similares podrían funcionar (muchas veces lo hacen), pero si quieres tener mayor seguridad de que cumplirán su misión, mejor elige un genérico intercambiable.
Los especialistas recomiendan no utilizar similares, pues si bien no son nocivos, su efectividad no está garantizada.
Si tienes la posibilidad, trata de comprar medicamento genérico intercambiable, pues según la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), cuentan con la misma calidad, seguridad y eficacia que los de patente.
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