Salud mental en adolescentes: el rol del deporte y la actividad física
Ante el aumento de trastornos emocionales en jóvenes, promover el ejercicio se convierte en una estrategia preventiva vital.
Durante la adolescencia, etapa de grandes cambios físicos, emocionales y sociales, cuidar la salud mental se vuelve fundamental. En esta fase crítica, los jóvenes están expuestos a múltiples presiones que pueden afectar su estabilidad emocional. Y si no se atienden a tiempo, los efectos pueden ser devastadores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que uno de cada siete adolescentes sufre algún trastorno mental, siendo la depresión y la ansiedad los más comunes. Aún más preocupante: el suicidio es la tercera causa de muerte en personas entre 15 y 29 años. Esto resalta la necesidad urgente de estrategias preventivas desde edades tempranas.
Numerosos estudios destacan que la actividad física regular puede proteger la salud mental de los adolescentes, mejorar su estado de ánimo y reducir el riesgo de desarrollar síntomas depresivos o ansiosos. A pesar de ello, más del 80% de los jóvenes entre 11 y 17 años no cumplen con la recomendación de hacer 60 minutos diarios de ejercicio moderado o intenso.
Estas son las principales conclusiones científicas sobre la relación entre ejercicio y salud mental en adolescentes:
Adolescentes inactivos reportan más tristeza, desánimo, ansiedad y preocupación. Estudios realizados en España con más de 10 mil jóvenes indican que quienes se ejercitan regularmente tienen entre un 20 y 30% menos riesgo de depresión.
El impacto positivo del deporte es mayor cuando se practica con constancia y compromiso. Quienes entrenan con frecuencia o participan en competencias deportivas presentan niveles más bajos de ansiedad y depresión. No importa tanto el tipo de deporte, sino su integración en la vida diaria.
Estudios muestran que a partir de los 14 años, las chicas tienen entre 50 y 70% más probabilidades de sufrir síntomas depresivos que los varones. Entre las causas se encuentran:
Fomentar el deporte en entornos seguros y motivadores es clave para apoyar su bienestar emocional.
Además de mejorar el estado de ánimo a corto plazo, el ejercicio regular durante la adolescencia puede generar beneficios conductuales y psicológicos a largo plazo. Los hábitos saludables construidos en esta etapa sientan las bases de una vida adulta más equilibrada.
Familias, docentes, autoridades y entrenadores juegan un rol clave en facilitar entornos que motiven la actividad física. El objetivo es que el deporte no se sienta como una obligación, sino como una herramienta de bienestar integral.
Moverse con frecuencia es esencial para la salud física, pero también para la salud mental, especialmente en la adolescencia. Ante el aumento de trastornos emocionales en jóvenes, promover el ejercicio se convierte en una estrategia preventiva vital. ¡Hagamos del movimiento una prioridad para cuidar mente y cuerpo desde la juventud!