¿Lo Sabías?
Salud visual: lo que debes comer para cuidar tu vista después de los 40
¿Sabías que la zanahoria no es el único alimento bueno para tus ojos?
¿Sabías que la zanahoria no es el único alimento bueno para tus ojos?
Cada día más personas toman conciencia de que la salud visual no depende únicamente de factores genéticos o del paso del tiempo, sino que está estrechamente vinculada con nuestros hábitos de vida.
Según el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de España, más del 80% de la población mayor de 45 años presenta algún tipo de defecto visual. Entre los problemas más comunes se encuentran la presbicia (vista cansada), la miopía (ver mal de lejos), la hipermetropía (ver mal de cerca), el astigmatismo (visión distorsionada), la sequedad ocular, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) y las cataratas.
Como explica a CuídatePlus la especialista en Visión Natural Ainhoa de Federico, profesora e investigadora en la Universidad de Toulouse, algunos de los trastornos visuales más prevalentes en la población son:
Cuando pensamos en las causas de la pérdida de visión, solemos centrarnos en el uso excesivo de pantallas o en la falta de exposición a la luz natural. Sin embargo, la alimentación también juega un papel clave, especialmente en la mejora de la salud visual.
“Numerosos estudios confirman que una alimentación rica en antioxidantes, vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales puede proteger y mejorar la salud visual”, explica la experta. “La retina y el nervio óptico son tejidos altamente metabólicos y vulnerables al estrés oxidativo, por lo que una dieta adecuada es fundamental. Sin los nutrientes adecuados, los ojos no pueden regenerarse ni funcionar correctamente”, añade.
De acuerdo con la evidencia científica, los siguientes compuestos son clave para proteger la vista:
Zeaxantina y luteína: presentes en vegetales verdes y amarillos, se acumulan en la mácula y ayudan a prevenir la DMAE.
Vitamina A: esencial para la función de los bastones en la retina, claves para la visión nocturna.
Ácidos grasos omega-3: reducen el riesgo de ojo seco y favorecen el funcionamiento neuronal de la retina.
La alimentación adecuada puede prevenir o retrasar muchos problemas visuales degenerativos. Una dieta rica en antioxidantes y nutrientes neuroprotectores permite:
Disminuir el daño oxidativo.
Mejorar la circulación y oxigenación ocular.
Proveer nutrientes esenciales para funciones visuales como el retinol.
Fortalecer el colágeno ocular, lo que es relevante en casos de miopía.
Además, mantener una buena hidratación es clave. El humor vítreo, el humor acuoso y las lágrimas requieren equilibrio hídrico. La falta de agua puede favorecer síntomas como el ojo seco, visión borrosa o sensación de “arenilla”.
Por tanto, comer bien, beber suficiente agua y aportar nutrientes específicos al sistema visual es una herramienta preventiva real. La visión natural, además, promueve una prevención activa, lo que implica que mientras antes adoptemos buenos hábitos, más probabilidades habrá de evitar gafas, tratamientos o intervenciones.
El verano es una época excelente para cuidar tus ojos, ya que muchas frutas y verduras de temporada están repletas de nutrientes esenciales. La experta sugiere los siguientes alimentos como aliados de la salud visual:
Zanahorias: ricas en betacaroteno, mejoran la visión nocturna y apoyan la función de la retina.
Espinacas y acelgas: contienen altos niveles de luteína y zeaxantina, eficaces contra la degeneración macular.
Pimientos rojos: fuente de vitamina C y carotenoides; ayudan a la formación de colágeno ocular.
Moras, arándanos y frambuesas: potentes antioxidantes que protegen los capilares retinianos y mejoran la microcirculación.
Melón y sandía: hidratan y son ricos en vitaminas A y C.
Maíz dulce: contiene zeaxantina, fundamental para el centro de la retina.
Tomate: su licopeno actúa como protector frente a la DMAE.
Aguacate: aporta vitamina E, luteína y grasas saludables, con efectos neuroprotectores.
Pescados azules (sardina, caballa): fuentes de omega-3, reducen la sequedad ocular y protegen el nervio óptico.
Semillas de chía o lino: aportan omega-3 vegetal, fibra y ayudan a mantener la hidratación ocular.
Fuentes consultadas:
Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de España: www.cgoo.es
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