Una creencia que lleva asentada desde hace mucho tiempo es la de San Pancracio, considerado el santo de la suerte, por eso su imagen es un referente en temas económicos o en negocios pero ¿cuál es el origen de este santo?
Se trata de un joven romano que nació en el año 289 d.C. en la antigua región de Asia Menor y vivió en Roma, donde se convirtió al catolicismo.
Fue conocido por ser un mártir en la persecución del emperador Diocleciano y terminó siendo decapitado.
¿Qué tiene que ver con atraer fortuna?
La tradición de colocar a San Pancracio para atraer más suerte o dinero tiene mucho tiempo, pero nadie sabe concretamente porque está vinculado al azar y sobre todo a los sorteos navideños que se celebran cada año. Pero una cosa sí es segura, la tradición dicta que la imagen del santo deben regalártela, así que no puedes comprarla tú mismo.
Si quieres atraer la buena suerte, aquí hay algunos secretos.
Cómo colocar la imagen de San Pancracio
Su estancia está rodeada de todo un rito supersticioso con el que supuestamente se atrae a la suerte. No vale con tener la figura y ya está, es importante cómo la colocas, dónde la colocas, y qué cosas le colocas a su alrededor.
Al colocarla deben tenerse en cuenta tres condiciones. Por una parte, la manera en que se posiciona: con el dedo elevado mirando hacia el interior del comercio o de la casa. Por otro lado, se debe poner dinero cerca y también un ramo de perejil.
¿Por qué se le pone perejil a San Pancracio?
La costumbre de acompañar a las imágenes de San Pancracio con un vaso con perejil nació en el convento sevillano de las monjas clarisas de Santa María de Jesús, en la calle Águilas, donde tienen una talla del santo muy popular.
“Hace unos años, había una gitana que pedía limosna y ofrecía perejil en las puertas del convento, como ahora hacen otras con romero en los alrededores de la catedral. La gente entraba con el perejil y se lo ofrecía a San Pancracio. De esa ocurrencia de la gitana viene la costumbre”, según Carlos Ros Carballar, sacerdote y autor de la obra ‘San Pancracio, salud y trabajo’.
