¿Se sigue formando suelo?
¿Se sigue formando suelo? La tierra que forma el suelo viene y se va continuamente. Transportada por el viento y el agua, gran parte de ella llega finalmente al mar, donde, después de millones...
¿Se sigue formando suelo?
La tierra que forma el suelo viene y se va continuamente. Transportada por el viento y el agua, gran parte de ella llega finalmente al mar, donde, después de millones de años, se consolida para formar roca. Pero también se alzan nuevas montañas que, a su vez, sufren el ataque del intemperismo y de la erosión. Al desintegrarse las rocas, sus fragmentos proporcionan la base para la formación de nueva tierra.
Aunque el proceso es lento, se puede observar la formación del suelo en pequeña escala. En los afloramientos de roca desnuda, las primeras plantas que se asientan, y a veces las únicas, son los tenaces y ásperos líquenes. Capaces de vivir sin tierra, estas plantas extrañas y primitivas segregan ácidos que ayudan a desintegrar la superficie de la roca.
En los mismos afloramientos, algo más abajo, se van acumulando desgastados fragmentos de roca y restos de líquenes muertos. Pronto crecen allí musgos, cuyos restos se incorporan a la porción de suelo en formación. Cuando se ha acumulado suficiente materia orgánica, arraigan unas pocas hierbas y un arbusto o dos. Con el tiempo se habrá formado una capa de tierra donde sólo había roca desnuda.
¿Por qué necesitan tierra las plantas?
Las plantas sencillas, como los líquenes, necesitan poco más que aire y humedad para sobrevivir. Las plantas aéreas como el musgo que vive en las ramas de los árboles también se las arreglan para mantenerse sin tierra, igual que las plantas acuáticas flotantes.
Pero para las plantas terrestres con raíces, el suelo es una necesidad vital: su misión más importante es abastecerlas de nutrientes. Las penetrantes raíces de las plantas extraen de la tierra el agua y los elementos nutritivos esenciales que necesitan (junto con el aire) para elaborar alimento. La tierra también protege a las raíces de las fluctuaciones bruscas de temperatura ya que, inmediatamente debajo de la superficie, la temperatura apenas cambia entre el día y la noche. Y el suelo proporciona el anclaje que necesitan las plantas para sostenerse erguidas.
Los porqupés de la naturaleza