Serena Williams: pasión, inspiración y mucho dinero
Implacable en las canchas y dulce y religiosa en su vida diaria, Serena Williams es una tenista que marca época. La tenista Serena Williams ganó su 23º título de Grand Slam al derrotar a...
La tenista Serena Williams ganó su 23º título de Grand Slam al derrotar a su hermana Venus en dos sets, por un doble 6-4, en una emotiva final del Abierto de Australia.
Serena ahora tiene el récord en de títulos grandes en la era profesional por delante de Steffi Graf (22), acercándose al récord absoluto de la australiana Margaret Court (24), que estaba presente en la tribuna, viendo a Serena quedarse a un paso de su marca.
Con el nivel mostrado en esta edición del Abierto de Australia, parece que alcanzar los 24 grandes no pasará de este año.
“Serena Williams, esta es mi hermana pequeña chicos. Has logrado algo asombroso, tu victoria siempre ha sido mi victoria. Creo que lo sabes, estoy muy orgullosa de tí”, dijo antes una emocionada Venus.
Pero el festejo no quedó ahí, Michael Jordan le regaló dos pares de zapatillas, las míticas Air Jordan, con la cifra bordada en el talón.
“Esto es tan increíble… Gracias, Michael. No puedo creer que esté agradeciendo esto a Michael Jordan. Él es todavía el más grande”.
Minutos después de derrotar a su hermana, aún en los vestuarios del Rod Laver Arena, Serena abrió una gran caja blanca. Dentro, unas zapatillas rojas y negras, distintivas de los Chicago Bulls y otras negras y rosas, el color preferido de la multicampeona. Además, una carta del propio Jordan que Williams no dudó en leer en voz alta.
“Ganar es duro, cuesta años de gran trabajo, dureza mental y el convencimiento de que odias la derrota”, arrancaba el escrito. “Felicidades por tu major número 23. Será un privilegio seguir disfrutando con tu determinación sobre la pista. Tu amigo, Michael Jordan”, finalizó Serena.
Su primer título mayor fue el US Open 1999, hace casi 18 años. “No habría alcanzado los 23 títulos sin ti. De hecho no estaría en ningún sitio, eres la que me motiva, la única razón por la que existen las hermanas Williams. Has completado un regreso increíble”, señaló en la entrega de trofeos Serena sobre su hermana, de vuelta al primer plano tras muchos problemas físicos.
Con este triunfo la pequeña de las Williams recuperará la primera plaza de la clasificación de la WTA.
Sus espléndidos saques y su férreo carácter serán ejemplo durante largo tiempo, sobre todo si logra alcanzar su 23 Grand Slam, lo que convertirá a Serena en la tenista con más títulos de la historia de la Era Abierta.
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Quienes veían a una Serena Williams de tres años de edad jugar tenis en las canchas de Compton, una de las ciudades con mayor índice de criminalidad y pobreza de Estados Unidos, tal vez nunca se imaginaron que esa chiquilla se convertiría en una leyenda deportiva de dimensiones aún insospechadas.
Serena Jameka Williams Price, la menor de cinco hermanas, actualmente ocupa el segundo puesto en el ranking WTA pero a sus 35 años está en camino de recuperar el primer sitio que ahora ostenta la alemana Angelique Kerber.
Serena, quien se considera una luchadora incansable, avanza con paso firme en el Abierto de Australia. Su llegada a los cuartos de final la coloca muy cerca de imponer un récord de la Era Abierta con 23 títulos en torneos del Grand Slam. Si lo logra, Serena recuperará la corona del tenis femenil.
Esta mujer originaria de Michigan, quien es seguida por más de siete millones de personas en Twitter, red social que usa para compartir frases de la Biblia, forma parte del Olimpo deportivo gracias a la ambición de su padre, Richard Williams, quien cuando supo que las tenistas ganaban miles de dólares se dio a la tarea, junto con su sumisa esposa Oracene, de aprender tenis para después someter tanto a Serena como a su hermana Venus a interminables sesiones de entrenamiento.
Aunque siempre bajo su férrea vigilancia, Richard dejó el futuro de sus increíbles hijas en manos de Rick Macci, un afamado forjador de estrellas y quien le conseguiría a Serena su primer contrato. Macci recuerda de Serena una intensidad y un movimiento corporal en las canchas fuera de serie.
Con los años Serena, quien ya es considerada una leyenda viva, dejó atrás a dos de los mitos más grandes del deporte blanco: a la checa Martina Navratilova y a la estadounidense Chris Evert.
Con su 1.75 metros de estatura y sus 70 kilos de peso, es implacable en la cancha. Sus brazos musculosos, que dice odiar, le permitieron ejecutar el quinto saque más veloz de la historia del tenis femenino. La hazaña la logró en el 2013 en el Abierto de Australia, en donde su bola alcanzó los 207 km/hr.
La misma pasión que la ha encumbrado la ha llevado a excederse. En 1999 los médicos la obligaron a dejar de competir por el desgaste físico que presentaba, lo que la llenó de desánimo.
Otros momentos amargos se dieron cuando tuvo que renunciar a Wimbledon por una gripa y al WTA Tour Championships (al que se clasificaba por primera vez) por una lesión. Actualmente su ritmo de juego es más moderado. Se estima que compite en unos 16 torneos al año, el 50 por ciento que algunas de sus contrincantes.
Serena, quien se ha descrito como perfeccionista e insaciable a la hora de alcanzar sus metas, fue la atleta femenina mejor pagada del mundo en 2016 según la lista Forbes. Sus ingresos por premios ascendieron a los 78 millones de dólares, más del doble de lo alcanzado por cualquier otra atleta.
El paso de Serena en el deporte blanco es firme como todo lo que ha hecho en la vida, que le ha puesto duras pruebas. Una de las más fuertes fue en 2003, cuando asesinaron a su hermana mayor, Yetunde Price, mientras caminaba por Compton, el suburbio de Los Ángeles en donde vivió la familia Williams.
Esta mujer religiosa y obsesionada desde pequeña con el triunfo según ha contado su madre, no sólo brilla en las canchas, también fuera de ellas, sobre todo con una Fundación que lleva su nombre, la cual ofrece asistencia a las familias afectadas por crímenes violentos y proporciona educación a jóvenes que no tienen acceso a ella.
Aunque por varios años Serena creció deportivamente a la sombra de Venus, su compañera de canchas de toda la vida, su padre profetizó que Serena sería aún más grande. Su hija menor no lo defraudó.
La primera vez que Venus y Serena Williams se enfrentaron en un Grand Slam fue en Australia. Y la historia se repite, pues por primera vez en ocho años, las hermanas volverán a medirse en una final de Grand Slam. La cita es este sábado en el Abierto de Australia.
Con su pase a la final, Venus de 36 años de edad, se convirtió en la finalista individual de mayor edad desde que inició la Era Abierta del tenis en 1968.
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Venus no ha estado en una final de Gran Slam desde que perdió Wimbledon contra su hermana en 2009. Y es que su salud se había deteriorado debido a que padece el síndrome de Sjögren, una enfermedad autoinmune que afecta las glándulas que producen humedad en el cuerpo, la cual le fue diagnosticada en 2011.
Logros deportivos de Serena
Por Eliesheva Ramos / Redacción Selecciones