La conexión entre la actividad sexual y la longevidad es un tema que ha despertado el interés de investigadores de todo el mundo. Diversos estudios confirman que mantener una vida sexual activa tiene beneficios significativos no solo para el bienestar emocional, sino también para la salud física, lo que contribuye a un envejecimiento saludable. Sin embargo, este impacto positivo no se limita a una fórmula sencilla; es el resultado de una interacción compleja entre factores biológicos, psicológicos y sociales.
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La sexualidad es un aspecto fundamental de la calidad de vida, independientemente de la edad. Según un artículo publicado en The Lancet Healthy Longevity, la actividad sexual está directamente relacionada con un mayor disfrute de la vida en personas mayores. Este estudio resalta que las personas no dejan de ser sexuales con la edad, aunque sus patrones de actividad pueden cambiar debido a factores fisiológicos y de salud.
El bienestar emocional derivado de una vida sexual satisfactoria puede reducir los niveles de estrés, mejorar el sistema inmunológico y fortalecer las relaciones interpersonales. Todo esto, indirectamente, se traduce en un impacto positivo en la longevidad.
Un análisis publicado en el Journal of Applied Gerontology reveló que los adultos mayores que perciben la sexualidad como placentera tienen una mayor esperanza de vida en comparación con aquellos que no lo hacen. Según este estudio, el disfrute sexual tiene un efecto comparable al de otros factores psicosociales clave, como el ejercicio regular o una dieta equilibrada.
Otro estudio interesante, publicado en The Journal of Sexual Medicine en 2023, mostró que entre los pacientes con hipertensión, aquellos con una mayor frecuencia de relaciones sexuales presentaban una menor tasa de mortalidad por todas las causas. Esto sugiere que la sexualidad también puede desempeñar un papel protector en poblaciones con riesgos específicos para la salud.
La actividad sexual tiende a variar entre hombres y mujeres a medida que envejecen. Según datos publicados en el British Medical Journal, los hombres suelen mantener una vida sexual activa durante más años que las mujeres, incluso cuando su esperanza de vida general es más corta. Por ejemplo, a los 55 años, los hombres pueden anticipar otros 15 años de actividad sexual, mientras que las mujeres de la misma edad suelen experimentar una duración de 11 años.
Además, los hombres mayores tienen más probabilidades de ser sexualmente activos y mostrar interés en el sexo que las mujeres. Esta diferencia se acentúa entre los 75 y 85 años, donde el 40% de los hombres sigue siendo sexualmente activo, frente al 17% de las mujeres.
La actividad sexual no solo mejora el bienestar emocional, sino que también tiene beneficios directos para la salud cardiovascular. Durante las relaciones sexuales, se estimula la circulación sanguínea y se liberan endorfinas, lo que contribuye a mantener un corazón sano y a reducir la presión arterial.
Además, el sexo regular puede aliviar los síntomas de ansiedad y depresión, gracias a la liberación de oxitocina y serotonina, hormonas asociadas con la felicidad y la conexión emocional.
Con el envejecimiento, es natural que la forma de vivir la sexualidad cambie. Factores como la disfunción eréctil, la sequedad vaginal o las limitaciones de movilidad pueden influir en la frecuencia y el tipo de actividad sexual. Sin embargo, esto no implica renunciar a una vida sexual satisfactoria.
Los expertos recomiendan explorar formas de intimidad más allá de la penetración, como el sexo oral, los besos, las caricias y la masturbación. Estas prácticas pueden ser igual de placenteras y significativas para mantener una conexión íntima con la pareja.
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La sexualidad debe ser vista como un componente esencial del envejecimiento saludable. Incluir conversaciones abiertas sobre la sexualidad en el ámbito médico es clave para garantizar que las personas mayores reciban el apoyo necesario para disfrutar de una vida sexual activa y placentera.
Además, es fundamental reconocer que no existe una “edad límite” para disfrutar del sexo. Mientras la salud lo permita y exista deseo, el sexo puede ser una fuente de alegría y bienestar en cualquier etapa de la vida.
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