Estas afirmaciones del libro ‘Cambiadores de Hábitos: 81 Mantras que cambian el juego para realizar sus metas conscientemente ‘ pueden ayudarte a reevaluar tu vida y mejorarla para cumplir lo que siempre has querido.Cuando...
Estas afirmaciones del libro ‘Cambiadores de Hábitos: 81 Mantras que cambian el juego para realizar sus metas conscientemente ‘ pueden ayudarte a reevaluar tu vida y mejorarla para cumplir lo que siempre has querido.
Cuando te enojes…
Si eres propenso a las rabietas, aprende a reconocer los síntomas de tu ira. Tal vez tu ritmo cardíaco se acelere o tu cuerpo se siente rígido. Cuando detectes que esas señales que se acercan, haz una pausa, respira profundamente (esto le dirá a tu cerebro que se calme) y rebobina a cómo te sentiste antes de que comenzaran esos sentimientos.
Con la práctica, serás capaz de pensar más lógicamente sobre cómo reaccionar y manejar una situación difícil con calma y temple.
Cuando notes un problema…
Cuando surge un problema, nuestro instinto es entrar en modo de autodefensa, es decir, culpar a otros para mantener las apariencias frente a quienes nos rodean. Pero como ese es el instinto de todos, por lo que el resultado es un montón de culpas y ninguna solución suficiente al problema.
Enfócate en hacer de la resolución del problema tu primera prioridad, independientemente de quién o qué lo causó. Intenta retomar desde antes de que el problema se generara, y realiza una lluvia de ideas (ya sea interna o con todos los involucrados) sobre las maneras de evitar que el mismo problema ocurra de nuevo en el futuro. Al no culpar a nadie, también estás construyendo relaciones más estables y firmes con las otras personas involucradas. Sólo tu puedes controlar tu respuesta frente a un problema, entonces asegúrate de que sea constructiva.
Cuando te molestes…
Todos tenemos esa persona (o más de una) que aparentemente ha hecho su misión de vida el molestarnos. Antes de dejar que esa frustración se convierta en una explosión de ira de la que podrías arrepentirte, repite para ti mismo: “Esta persona es mi maestra”.Convierte esta energía negativa en una oportunidad para crecer, tal vez esta persona te está enseñando a ser más paciente, o podría estar enseñándote cómo mejorar tus habilidades de comunicación.
Ustedes dos probablemente no se convertirán en los mejores amigos de la noche a la mañana, pero su relación definitivamente mejorará.
A menos que seas parte de un equipo de respuesta a emergencias o un oficial militar, no necesitas mandar o gritarle a tus empleados y/o compañeros de trabajo para que hagan su trabajo. En lugar de decirle a alguien: “Tienes que hacer esto”, será mejor si preguntas: “¿Te gustaría/podrías hacer esto?” Las personas serán más receptivas a lo que les pidas e incluso pueden sentirse más impulsadas a terminar la tarea porque les has preguntado y generalmente, se sienten involucrados.
Cuando algo vaya bien…
La ciencia demuestra que elogiar, vale la pena. Cuando somos reconocidos por nuestro trabajo, el cerebro libera dopamina, lo que nos hace sentir orgullosos y contentos. Sin embargo, sólo decir “buen trabajo” no será suficiente. Trata de enfocarte específicamente en lo que tus empleados, compañeros de trabajo e incluso tus hijos o pareja, están haciendo bien, y, al reconocerlo, lo harán bien otra vez.
Cuando tengas demasiado que hacer…
Ser perfeccionista tiene sus ventajas, pero una desventaja enorme es que puedes tener demasiado trabajo porque sientes que eres la única persona capaz de hacerlo bien. Tenemos una noticia para tí: Fracasaste en la perfección. Todos lo hemos hecho.
Es mejor que averigües cuáles son tus puntos fuertes y delegues todo lo demás. Como dice el autor M.J. Ryan, “Tus talentos, tiempo y atención son recursos limitados”. Invertirás más tiempo en el trabajo que es importante para ti, y las otras cosas de todas formas se harán.
Cuando no puedas ver más allá de tus problemas…
La preocupación puede ensombrecer tu juicio como una niebla desagradable, especialmente si estás preocupándote por algo en lo que no compites con tus habilidades. Lo mejor es, externalizar; pídele a tu equipo que haga una lluvia de ideas para evitar situaciones que te preocupan, como no cumplir con un plazo o perder un cliente. Al estar fuera de estas situaciones, generalmente pueden ver las respuestas más claramente que tu.
Cuando sueñes en grande…
Si estás comenzando un nuevo negocio o incluso una nueva afición, el miedo al fracaso puede evitar que tengas éxito. En estos caso, este mantra es perfecto. El neuropsicólogo Rick Hanson dice que el compromiso es trabajar duro por el éxito con la presión de no fracasar; mientras que la aspiración es trabajar con “esfuerzo exterior y paz interior”, donde el viaje es casi siempre tu mayor recompensa, aún si alcanzas tu meta o no. Por supuesto, nadie quiere fallar, pero no debes presionarte o estresarte al punto en que no puedas trabajar. Entonces nada se hace.
Cuando procrastines…
Si anotas una tarea en tu lista de pendientes (por ejemplo, preparar una presentación), vas a pensar en ese pendiente como “hacer” la tarea de principio a fin. Esto puede ser bastante desalentador. Por suerte, no necesitas hacer eso nunca más. Piensa en cuál es la “primera acción”, la única cosa que debes hacer que tu proyecto se comience a mover, y hazla de inmediato. Dar pasos de bebé es mucho más fácil (¡y menos estresante!) que un gran proyecto completo.
Cuando algo vaya mal…
Este mantra data de los tiempos en que sucedía la Segunda Guerra Mundial. Los pilotos de caza se hacían esta pregunta para determinar si deberían expulsarse del avión o seguir volando. Si el avión no parecía estrellarse contra el suelo, se quedaban dentro. Decirte esto a ti mismo cuando sientas una sobrecarga, puede poner tu estrés en perspectiva. ¿Estarás realmente en peligro si pierdes ese cliente? Probablemente no. Una vez que reconozcas que no hay amenaza inmediata, comenzarás a calmarte.
Cuando dudes de ti mismo…
La confianza en sí mismo es un factor importante para alcanzar el éxito. Tomar consejos de los demás sólo puede llevarte hasta un cierto punto, y después tendrás que tomar algunas decisiones importantes por ti mismo. Repítete que lograrás el éxito y lo lograrás. Eres la única persona que puede controlar tu camino al éxito.
Cuando necesites tomar un riesgo…
Las rutinas nos dan una sensación de normalidad, pero también pueden evitar que tomemos riesgos y probemos cosas nuevas. Salir de tu zona de confort te da más oportunidades para crecer personal y profesionalmente. Prueba nuevos alimentos, asume un proyecto que de otro modo nunca harías, conoce gente nueva. Nunca sabrás lo que podría suceder como resultado si no lo intentas al menos.
Cuando te equivoques…
Es fácil encerrarnos en nuestros errores y perder de vista lo que hacemos bien. Prueba este truco que los corredores profesionales utilizan: En lugar de preocuparse de lo mucho que les queda por recorrer, se motivan a seguir adelante pensando en lo que ya han recorrido hasta el momento. A esto se le llama efecto horizonte.
Piensa en los errores como inconvenientes ocasionales en lugar de tragedias completas. Verás como cada vez, el desanimo es menor.
Puede que no estés donde quieras en tu carrera o en la vida, y eso está bien. Siempre tenemos oportunidades de aprender y crecer, incluso si no podemos ver cuáles son esas lecciones en este momento. A menudo toma tiempo entenderlos completamente. Repite este mantra y aprecia lo que la vida le está dando en este mismo momento.