Actualmente este felino es la segunda especie animal preferida (solo por detrás del perro) como compañía para el humano.
Elegir a la mascota ideal para ti y tu familia conlleva un amplio debate con diversos factores a considerar como lo son personalidad, tamaño e incluso con tu manera de ser. Si pasaste por este fundamental proceso de elección y tu decisión se centró en esos seres enigmáticos, hábiles, míticos y llenos de ronroneos, te brindamos información útil y de primera mano que te será fundamental para sentar las bases de una relación amorosa, larga y saludable entre tú y tu nuevo miembro de la familia: el gato.
Afortunadamente hemos identificado una tendencia cada vez más creciente: los dueños de gatos cada día adquieren una mayor conciencia de que estos pequeños felinos necesitan cuidados especiales, sobre todo de medicina preventiva.
Es importante resaltar que la “independencia” o “autonomía” de los gatos no significa que esta especie no requiera atención veterinaria. Por el contrario, los felinos, al igual que los perros y que cualquier otra mascota, necesitan cuidados especiales e incluso particulares.
Los gatos precisan de una revisión médica veterinaria de inicio y posteriormente periódicas para el mantenimiento de su salud. De hecho, la recomendación para la primera revisión veterinaria de un minino debe ocurrir entre los dos y dos y medio meses de edad para poder establecer el estatus de salud de la mascota. Esto nos permitirá comenzar a fincar la protección del gato contra enfermedades infecciosas como parásitos, virus y bacterias, pero también para el diagnóstico de otras enfermedades que pueden ser transmitidas por parte de la madre al cachorro, por ejemplo: leucemia o sida felino.
Luego de este primer “reconocimiento” del gato, ocurren las visitas periódicas para vacunación y seguimiento a los gatitos. Una vez terminada esta segunda etapa se está en una edad correcta (cuatro a seis meses de edad) para llevar a cabo el procedimiento de esterilización de la mascota.
Una vez llegado a este punto, la recomendación es que los gatos asistan al veterinario al menos cada 3 meses; es decir, unas 4 veces al año. En esta batería de consultas, el médico revisará salud general y peso del ejemplar.
Las visitas al veterinario
En este contexto, es importante resaltar los “cómos” de la visita de los gatos al veterinario.
Es importantísimo recordar que los gatos tienen una forma de socializar distinta a la de los perros y además cuando los gatos visitan al veterinario pueden sufrir de mucho más estrés que un perro. Así que lo recomendable es acudir con una transportadora para evitar el contacto directo con perros u otros animales.
Si el centro veterinario al que se acude tuviera un área exclusiva para los felinos sería ideal pues ello les permitirá encontrar un mayor relajamiento en un ambiente propicio a su naturaleza.
Ya en consulta, es importantísima la interacción del propietario con el gato y el veterinario. En nadie confía más un gato que en su dueño, si éste toma parte de la mecánica de la consulta, el gato se sentirá más relajado, confortado y confiado.
Un punto de cortesía que puedes tener tú como propietario responsable es despuntar las uñas del gatito antes de la visita al veterinario. Ya hablamos de la naturaleza nerviosa de los gatos y los veterinarios no están exentos de estos nervios y, por ende, tampoco son ajenos a los arañazos involuntarios de nuestro pequeño amigo.
Finalmente, si a la visita al veterinario anexamos el juguete favorito de nuestro gato o un puntero láser u otro objeto que provoque la diversión del minino, nuestro nuevo integrante de la familia entenderá que la mecánica vivida con ese “extraño y viejo conocido” llamado veterinario, es una extensión del amor, cuidados y responsabilidad que existe en su hogar y su núcleo familiar.
Fuente: MVZ Fausto Reyes Delgado, director médico del Hospital Veterinario UNAM-Banfield.
