¿Sabías que la papaya contiene más vitamina C que una naranja, que es utilizada en la industria alimentaria para ablandar la carne, en la textil para macerar fibras de lana y algodón y en el curtido de pieles?
La papaya es originaria de América, fue descubierta por los mayas y es el fruto del papayo. Actualmente se cultiva en zonas cálidas y húmedas alrededor del mundo. Es una fruta tan apreciada que ocupa el primer puesto mundial en lo que a exportación se refiere.
Alrededor del 90 por ciento de su composición es agua; su segundo principal componente son los hidratos de carbono, la mayoría simples, aunque en pequeñas cantidades, por lo que su valor calórico es bajo.
La papaya es rica en vitamina C, que interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones.
Posee licopeno, el cual ha demostrado reducir notablemente la incidencia de patologías cancerosas de pulmón, próstata y del tracto digestivo, cardiovasculares y del envejecimiento; también previene el síndrome de degeneración macular, principal causa de ceguera por envejecimiento.
Su consumo es ideal para personas con afecciones digestivas como la gastritis, la hernia de hiato y la pirosis o acidez, pues contiene papaína, una enzima proteolítica (que deshace las proteínas de los alimentos), similar a la pepsina que está presente en los jugos gástricos, lo que le confiere importantes propiedades digestivas.
Es precisamente la papaína la sustancia que se usa en el ablandamiento de carnes y en la clarificación de la cerveza y existen estudios que aseguran que ayuda a diluir tumores cancerosos y linfáticos.
Sus cualidades digestivas son muy conocidas, pero la mayoría desconoce que posee Omega-3, un ácido graso que el organismo no puede fabricar y que contribuye a la salud cardiaca. También ofrece fibra, ácido fólico y pequeñas cantidades de calcio y hierro.
Es una fruta tan noble que hasta sus semillas tiene propiedades benéficas. Las semillas son emenagogo, es decir, estimulan el flujo sanguíneo de la pelvis y el útero, mientras que sus hojas se han utilizado como tónico para el corazón, en el tratamiento de problemas gástricos, fiebre y la disentería amébica.
Fuentes: Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, Conabio, OCU, Fundación Pedro Zaragoza.
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