Si tu dieta es alta en grasas podrías producir tumores hepáticos
El hígado graso es causado por la alta ingesta de comida alta en grasas y carbohidratos. Averigua que comer para evitar tumores hepáticos más agresivos.
El colesterol tiene una cara buena y representa vida, porque es un lípido cuyas principales funciones se encuentran en la regulación de las membranas plasmáticas; es un precursor de hormonas y de sales biliares que sirven para la absorción de nutrientes y es fundamental para la movilización de otros lípidos como las lipoproteínas, que a su vez se encargan de llevar nutrientes al cerebro y a otros órganos.
Aunque es fundamental para la vida, tiene una parte oscura, pues también es fundamental para el cáncer, pues tiene diferentes alteraciones tanto a niveles genéticos como inflamaciones, desbalance en el estado redox de la célula –cambio en el estado de oxidación, todo lo cual ayuda a la progresión de un carcinoma hepatocelular, explica Arturo Simoni Nieves, profesor del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) unidad Iztapalapa.
La sobrecarga de lípidos –colesterol y ciertos ácidos grasos– condiciona el desarrollo de tumores hepáticos más agresivos y con mal pronóstico, advirtió el doctor Luis Enrique Gómez Quiroz, investigador del Departamento de Ciencias de la Salud de la UAM.
Enfatizó la necesidad de alcanzar un equilibrio respecto de los lípidos que se consumen en la dieta, es decir, tener buenos niveles de insaturados –Omega 3 y 6– y mantener bajos de los saturados y el colesterol, además de evitar los llamados trans.
Al recomendar el cuidado de la alimentación, el académico subrayó que es el tipo de lípido, más que la cantidad, lo que marca la susceptibilidad al daño y, por lo tanto, el inicio y la progresión del cáncer de hígado.
El problema con los ácidos grasos trans es que se generan por la hidrogenación parcial de aceites vegetales, que siendo líquidos se convierten en grasas sólidas que actúan como saturadas, lo que significa que disminuyen el colesterol bueno y aumentan el malo. Algunas margarinas y mantecas vegetales contienen cantidades variables de esos ácidos.
Si bien los ácidos grasos que se acumulan en el abdomen “se pueden quemar” haciendo ejercicio, “el colesterol no lo podemos desechar de manera fácil, por lo que es mejor no consumirlo”, ya que la sobrecarga de estos lípidos puede conducir a desórdenes genéticos, incluidos hipercolesterolemia familiar –trastorno que se transmite de padres a hijos y que provoca que la cuota de colesterol malo sea muy alta– diabetes, hígado graso, obesidad y aun cáncer, entre otros males metabólicos.
Ya en un proceso canceroso, el padecimiento se comporta como un manipulador número uno, y una vez en el organismo ocurre el fenómeno llamado ‘lipogénesis aberrante’, el cual es muy peligroso, pues la célula cancerosa puede hacer su colesterol en su sistema de autosuficiencia, así que aunque la persona deje de comer alimentos con alto contenido de esa sustancia ya no se modifica nada” subrayó el investigador durante la conferencia Grasas buenas vs grasas malas. La dieta como factor de riesgo para el cáncer.
En la búsqueda de blancos terapéuticos contra el cáncer de hígado, un grupo de investigación de la UAM empezó a trabajar con la GDF11 o factor de diferenciación 11, proteína que ha mostrado la capacidad de regular la supresión de tumores de cáncer de hígado. Cuando se descubrió esta proteína se observó su relevancia en la diferenciación de tejido muscular, pero en los últimos años se ha visto que también tiene aplicaciones metabólicas y cardiacas.
En la historia natural de la enfermedad hepática, el órgano pasa a una esteatosis –acumulación de lípidos en el órgano– simple cuando sufre alguna agresión y se acumula cinco por ciento de lípidos en una célula hepática, pero si el daño avanza y se complementa con un componente inflamatorio desemboca en esteatohepatisis, relacionada a casos más graves, como cirrosis o cáncer hepático.
Este proceso, conocido como enfermedad del hígado graso no alcohólico, es causado por la alta ingesta de comida alta en grasas y carbohidratos.
El carcinoma hepatocelular presenta un perfil transcriptónico específico en los pacientes con tumores con alto contenido de colesterol.
El investigador Arturo Simoni Nieves concluyó que los niveles de colesterol están íntimamente relacionados con la progresión tumoral: entre más colesterol tenemos más progresión y, por tanto, un tumor más agresivo.