Imagínate sentir mareos, tener dificultad para hablar y que tu aliento huela a alcohol, pero no has probado una sola gota. Esta es la desconcertante realidad para las personas que padecen el síndrome de autodestilación, una rara condición médica que genera importantes consecuencias sociales, legales y de salud.
Casos, como el de una mujer en Canadá que visitó urgencias 7 veces o el de la actriz Dalilah Polanco en México, han puesto el foco sobre este trastorno.
A continuación, te explicamos qué es, por qué ocurre y cómo se trata esta condición en la que tu propio cuerpo se convierte en una destilería.
¿Qué es el síndrome de autodestilación o fermentación intestinal?
El síndrome de autodestilación (ABS, por sus siglas en inglés), también conocido como síndrome de fermentación intestinal, es una condición clínica en la que los carbohidratos y azúcares que una persona consume son fermentados por microorganismos en el tracto gastrointestinal, produciendo etanol (alcohol) endógenamente. En palabras sencillas, el intestino de la persona afectada actúa como un fermentador, convirtiendo alimentos como pan, pasta o frutas en alcohol, que luego pasa al torrente sanguíneo.
Los síntomas: Una “intoxicación” sin causa aparente
Los síntomas del síndrome de autodestilación son prácticamente idénticos a los de una intoxicación etílica convencional, lo que causa gran confusión tanto en los pacientes como en los médicos. Los más comunes incluyen:
- Mareos y desorientación
- Dificultad para hablar o pronunciación arrastrada
- Somnolencia diurna extrema y fatiga
- Confusión mental
- Náuseas
- Aliento con un característico olor a alcohol
“Nuestra paciente tuvo varias visitas al servicio de urgencias, fue evaluada por internistas y psiquiatras, y fue certificada bajo la Ley de Salud Mental antes de recibir un diagnóstico”, señaló la doctora Rahel Zewude sobre el caso canadiense, destacando la crucial importancia de conocer este síndrome para evitar diagnósticos erróneos.
El origen del problema: ¿Por qué ocurre este fenómeno?
La causa fundamental del síndrome es un desequilibrio en la microbiota intestinal, conocido como disbiosis. Ciertas especies de hongos y bacterias crecen en exceso y adquieren la capacidad de fermentar carbohidratos.
Según la doctora Anna Paula Guerrero Castillo, investigadora del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, los principales microorganismos implicados son los hongos Saccharomyces cerevisiae (la misma levadura usada para hacer cerveza) y Candida albicans.
Varios factores pueden desencadenar o empeorar esta condición:
- Uso recurrente de antibióticos: Pueden eliminar bacterias beneficiosas, permitiendo que los hongos fermentadores proliferen.
- Dietas altas en carbohidratos y azúcares: Proporcionan el “combustible” para que los microorganismos produzcan alcohol.
- Condiciones médicas subyacentes: Enfermedades como la diabetes, obesidad, síndrome de intestino irritable, enfermedad de Crohn o cirrosis pueden alterar el equilibrio de la microbiota.
- Uso de ciertos medicamentos: Como los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol y similares).
Diagnóstico y tratamiento: Recuperando el equilibrio
El mayor desafío del síndrome de autodestilación es el diagnóstico. Como explica el gastroenterólogo Dr. Fahad Malik, muchos pacientes son tratados con incredulidad o acusados de ocultar un problema de alcoholismo. Un diagnóstico correcto suele requerir pruebas específicas que miden los niveles de alcohol en sangre después de una ingesta controlada de glucosa.
Una vez diagnosticado, el tratamiento se enfoca en restaurar el equilibrio intestinal y se basa en tres pilares:
- Tratamiento farmacológico: Se recetan medicamentos antifúngicos o antibióticos para eliminar el sobrecrecimiento de los microorganismos responsables.
- Modificación de la dieta: Es fundamental. Se recomienda una dieta baja en carbohidratos, azúcares refinados y alimentos procesados, y alta en proteínas. Esto “mata de hambre” a las levaduras y bacterias fermentadoras.
- Probióticos: La administración de probióticos ayuda a repoblar el intestino con bacterias beneficiosas y a restaurar un equilibrio saludable en la microbiota. Puedes aprender más sobre la salud intestinal en este artículo relacionado.
Una condición real que requiere visibilidad
El síndrome de autodestilación es un claro ejemplo de cómo el equilibrio de nuestra microbiota intestinal es vital para la salud general. Aunque es poco frecuente, sus consecuencias son muy reales y pueden devastar la vida de una persona, llevándola a ser juzgada socialmente y mal diagnosticada médicamente.
La creciente visibilidad de casos en todo el mundo subraya la necesidad urgente de que tanto el público como la comunidad médica estén más informados sobre esta condición. Reconocer que es posible presentar síntomas de intoxicación sin haber consumido alcohol es el primer paso para ofrecer un diagnóstico certero y un tratamiento efectivo a quienes lo padecen.
¡Ayúdanos a crear conciencia!
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