Un trágico accidente ocurrido recientemente en la Ciudad de México volvió a poner en el centro de la conversación pública a un trastorno psiquiátrico poco conocido.
Testigos relataron que un taxista, minutos antes de sufrir un percance fatal, gritaba desesperado que tenía “bichos en el cuerpo”.
El hombre perdió el control del vehículo y falleció, y aunque el caso sigue bajo investigación, especialistas señalan que este tipo de episodios puede estar relacionado con el síndrome de Ekbom, una condición que provoca la firme creencia de estar infestado por insectos u organismos inexistentes.
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El síndrome de Ekbom, también llamado parasitosis delirante, es una enfermedad rara pero profundamente incapacitante. Quienes la padecen experimentan sensaciones táctiles intensas —como picazón, cosquilleo o movimiento bajo la piel— acompañadas de la convicción de que insectos recorren su cuerpo, aun cuando no exista evidencia física.
Esta percepción puede generar angustia extrema, conductas de riesgo y una alteración significativa de la vida cotidiana.
Aunque es poco conocido, quienes lo padecen experimentan un sufrimiento real que requiere atención médica especializada.
¿Qué es el síndrome de Ekbom?
El síndrome de Ekbom es un trastorno psiquiátrico en el que la persona cree firmemente que su cuerpo está infestado de insectos, parásitos u otros organismos, aun cuando no exista ninguna evidencia física.
Esta convicción suele acompañarse de sensaciones táctiles intensas, como picazón, ardor, hormigueo o la impresión de que algo se mueve bajo la piel. A diferencia de una molestia pasajera, estas percepciones son persistentes y generan una gran angustia emocional.
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¿Por qué se origina esta sensación?
Los especialistas coinciden en que el síndrome de Ekbom no tiene una sola causa, sino que suele estar asociado a otros trastornos mentales o neurológicos.
Entre los factores más frecuentes se encuentran:
- Trastornos psiquiátricos como esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión o ansiedad severa
- Trastorno obsesivo-compulsivo
- Enfermedades neurológicas como demencia, esclerosis múltiple o secuelas de neurocirugía
- Consumo o abuso de sustancias, especialmente cocaína y anfetaminas
En muchos casos, el cerebro interpreta de forma errónea las señales sensoriales, generando una percepción falsa pero muy convincente.
¿Por qué suele detectarse primero en el dermatólogo?
Un dato llamativo es que muchos pacientes con síndrome de Ekbom acuden primero al dermatólogo, convencidos de que el problema está en su piel. Algunos incluso llegan a provocar lesiones al rascarse o intentar “extraer” los supuestos insectos.
Cuando no se encuentra una causa dermatológica clara, el médico puede sospechar de un origen psiquiátrico y derivar al paciente para una evaluación más profunda.
¿Quiénes lo padecen con mayor frecuencia?
El síndrome de Ekbom es considerado una enfermedad rara y se presenta con mayor frecuencia en mujeres, especialmente en la edad adulta. No obstante, puede afectar a personas de cualquier edad si existen factores de riesgo asociados.
¿Tiene tratamiento el síndrome de Ekbom?
Sí. Aunque puede ser complejo, el tratamiento es posible y suele combinar dos elementos clave:
- Relación de confianza con el médico, fundamental para que el paciente acepte la ayuda
- Tratamiento farmacológico, principalmente con antipsicóticos, ajustados cuidadosamente por un especialista
Los expertos subrayan que no se trata de “imaginar cosas”, sino de un trastorno real que requiere seguimiento médico. Un diagnóstico oportuno puede evitar complicaciones graves y mejorar notablemente la calidad de vida.
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Cuando la sensación deja de ser normal
Pensar en insectos puede generar incomodidad en cualquier persona, pero cuando la percepción persiste, se intensifica y afecta las actividades cotidianas, es una señal de alerta.
Reconocer el síndrome de Ekbom permite comprender que detrás de estas sensaciones hay un problema de salud mental que merece atención, empatía y tratamiento profesional.