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Síndrome de piernas inquietas, te decimos qué es

El síndrome de las piernas inquietas también llamado enfermedad de Willis-Ekbom es una afección neurológica que afecta a un gran número de personas en todo el mundo. Este trastorno se caracteriza por la necesidad incontrolable de mover las piernas, especialmente durante períodos de descanso o sueño. Esta sensación incómoda puede interferir con la calidad del sueño y provocar malestar en la vida diaria de quienes lo padecen.

Entre 5 y 10% de la población padece este trastorno. Es más común en mujeres que en hombres y suele presentarse a partir de los 45 años aunque puede aparecer antes. La mayoría de los pacientes experimenta síntomas ocasionales, pero un pequeño porcentaje de la gente padece esta situación casi todas las noches. La cantidad y la intensidad de las molestias varía mucho de persona a persona.

Los síntomas que suelen trastornar el sueño son:

  1. Sensación de hormigueo o picazón en las piernas. Esta sensación puede ser difícil de describir y puede variar desde una sensación de hormigueo suave hasta una picazón más intensa y molesta.
  2. Necesidad incontrolable de mover las piernas. Las personas con síndrome de las piernas inquietas a menudo experimentan una fuerte necesidad de mover las piernas para aliviar la sensación incómoda. Este movimiento puede implicar estirar, flexionar, dar golpecitos o mover las piernas de otras maneras.
  3. Síntomas que empeoran en reposo o durante la noche. Las sensaciones desagradables en las piernas tienden a empeorar cuando la persona está en reposo, especialmente durante la noche. Esto puede dificultar el sueño y provocar insomnio.
  4. Alivio temporal con el movimiento. Mover las piernas puede proporcionar un alivio temporal de las sensaciones incómodas, pero este alivio suele ser de corta duración y las sensaciones regresan rápidamente.
  5. Movimientos involuntarios durante el sueño. En algunos casos, las personas con síndrome de las piernas inquietas pueden experimentar movimientos involuntarios de las piernas durante el sueño, conocidos como movimientos periódicos de las extremidades (PLMD, por sus siglas en inglés). Estos movimientos pueden interrumpir el sueño tanto para la persona afectada como para su pareja.

Causas del síndrome de piernas inquietas

Los expertos médicos dividen esta afección en primaria y secundaria. La primera es hereditaria y, aun- que todavía no se comprenden bien sus causas, podría deberse a la dopamina, un neurotransmisor que, entre otras cosas, se encarga de transmitir información entre las neuronas. Cuando el cuerpo no la produce en cantidades suficientes, los sistemas de comunicación se alteran y es entonces cuando sobrevienen los movimientos involuntarios, como patear.

El síndrome de las piernas inquietas secundario es aún más esporádico. Se presenta cuando otro padecimiento causa o exacerba los síntomas. Los siguientes factores pueden afectarlo:

  • insuficiencia de hierro
  • enfermedad de los riñones
  • artritis reumatoide
  • alcoholismo
  • disfunciones nerviosas (como polineuropatía diabética)
  • algunos medicamentos
  • con menor frecuencia: trastornos metabólicos, insuficiencia de vitamina B12 o ácido fólico, dolor articular debido a la artritis, enfermedad de Parkinson, disfunción tiroidea, várices.

El síndrome de las piernas inquietas secundario también puede darse durante el embarazo (tal vez debido a una insuficiencia de hierro); sin embargo, los síntomas desaparecen al término del mismo.

Soluciones

Si este trastorno y sus síntomas alteran tu sueño o tu calidad de vida, es necesario que acudas a consulta médica. Aunque no hay cura, sí es posible atenuar los síntomas en cierta medida.

Este padecimiento por lo general no responde a los ejercicios de autorrelajación que suelen realizarse antes de dormir. De hecho, ese tipo de movimientos puede exacerbar el problema. Es más recomendable salir a dar un paseo por la noche o meter los pies en agua fría o caliente. El síndrome de las piernas inquietas primario se trata con fármacos. Los más utilizados son aquellos que emulan la actividad del neurotransmisor dopamina, como la levodopa y los agonistas de la dopamina.

Estos compuestos incrementan las concentraciones de dicha sustancia en el cerebro. Al poco tiempo de uso los pacientes dejan de patear, duermen más cómodamente y se empiezan a sentir mejor durante el día. El síndrome de las piernas inquietas secundario por lo general se resuelve al tratar el trastorno subyacente.

Si experimentas síntomas de síndrome de las piernas inquietas, no dudes en consultar a un médico o a un especialista en trastornos del sueño. Obtener el tratamiento adecuado puede ayudarte a controlar los síntomas y mejorar tu calidad de vida.

Lilo

Comunicóloga por la UNAM. Redactora de temas de bienestar general. Apasionada del mundo digital, soy geek, metalera, petfriendly. Fan de las pelis de terror y el anime. Una de mis frases favorita es: "Yo solo sé que no sé nada” de Sócrates.

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