La ansiedad es la forma en que la naturaleza nos prepara para manejar situaciones difíciles. Es por eso que la ansiedad ocasional no es un problema, incluso es saludable. Pero cuando los nervios comunes y corrientes se vuelven irracionales, crónicos o abrumadores, puede estar en juego un trastorno de ansiedad.
Los trastornos de ansiedad son el tipo más común de afección de salud mental, según una investigación publicada en Dialogues in Clinical Neuroscience. Se estima que el 33.7% de la población experimenta un trastorno de ansiedad en algún momento de su vida.
Aún así, los trastornos de ansiedad pueden manifestarse de diferentes maneras, explica Joshua Estrin, terapeuta clínico especializado en el tratamiento de la ansiedad.
Algunas personas experimentan ansiedad generalizada o una preocupación persistente por los problemas y situaciones cotidianos. Otros pueden desarrollar lo que él llama síntomas de ansiedad más enfocados, como agorafobia.
La mayoría de los adultos que luchan contra la agorafobia siguen uno de dos patrones comunes, explica Peggy Loo, psicóloga licenciada y directora de Manhattan Therapy Collective.
“Uno suele tener una preocupación extrema de no poder salir de la situación en la que se encuentra por su propia voluntad, atascándose”, dice. Otros experimentan un miedo desproporcionado de que ocurra algo negativo mientras se encuentran en una situación sobre la que no tienen control, como tener un ataque de pánico o enfermarse, y no podrán obtener ayuda o escapar.
“A veces, la agorafobia puede desarrollarse después de una experiencia negativa del mundo real que te preocupa que vuelva a suceder, pero a veces la amenaza percibida por sí sola es suficiente para crear una ansiedad debilitante”.
Un individuo con agorafobia a menudo evitará ciertos lugares y situaciones o incluso optará por nunca salir de casa sin compañía, dice la Dra. Loo.
Este comportamiento de evitación es una de las razones por las que la afección se confunde con su primo, la ansiedad social, que desencadena un miedo o una ansiedad intensos relacionados con las situaciones sociales, en particular cuando otros te juzgan, avergüenzan o critican. Aquí tienes 14 cosas cotidianas que pueden desencadenar tu ansiedad.
Desde el punto de vista del diagnóstico, una persona con agorafobia tiene una respuesta de miedo intenso cuando se encuentra (o, a veces, solo cuando está anticipando) al menos en dos de las siguientes situaciones:
“Incluso la idea de estar en una determinada situación puede hacer que alguien se sienta literalmente lisiado, atrapado, inmovilizado”, dice Estrin. Los síntomas físicos tienden a aparecer después de este aumento repentino de miedo o incomodidad intensos, dice Laurie Singer, psicoterapeuta licenciada.
“Alcanzan un pico en cuestión de minutos y, por lo general, presentan cuatro o más síntomas físicos que pueden incluir palpitaciones, sudoración, temblores o estremecimientos, dificultad para respirar, sensación de asfixia o asfixia, dolor en el pecho, náuseas o sensación de mareado y desmayo”.
La Asociación Estadounidense de Ansiedad y Depresión sugiere que más de la mitad de las personas con un trastorno de ansiedad no buscan tratamiento. Y al igual que muchos trastornos de salud mental, la agorafobia existe en un continuo, y hay una gran variedad de gravedad.
“Una persona puede tener agorafobia más leve, experimentando ansiedad cuando está en lugares muy grandes y llenos de gente, como un concierto o una conferencia de trabajo”, dice Tynessa Franks, psicóloga clínica.
Estas personas pueden tener algunos síntomas de agorafobia en estas situaciones específicas, pero pueden solucionarlo en su vida diaria al mantener actividades dentro de su zona de confort. Hasta que cause una interrupción en su vida, es posible que estas personas no aborden la agorafobia subyacente.
“Otra persona podría estar en el extremo más grave de la escala; podría estar casi completamente confinado en su hogar”, dice la Dra. Franks. “No saldrán de casa en absoluto debido a su ansiedad por estar en una situación en la que no pueden escapar fácilmente, no ayuda.”
Agrega que algunas personas describen sus miedos como constantes, mientras que otras dicen que los desencadenan eventos o demandas específicas. Estos son 12 pequeños pensamientos que pueden disparar tu ansiedad.
Alguien puede ser consciente de que está experimentando síntomas de agorafobia, dice Singer. Pero como la mayoría de las formas de ansiedad, no siempre es tan blanco o negro.
“Aquellos que experimentan agorafobia situacional pueden optar por no participar en actividades o eventos que crean sentimientos de ansiedad, [usando] un enfoque fuera de la vista, fuera de la mente”, dice ella. Además, es posible que alguien no sepa por qué ocurre un ataque de pánico, pero que entienda qué situaciones pueden desencadenarlo.
Si bien puede ser tentador simplemente evitar el desencadenante, es mejor tratar de abordar este tipo de ansiedad en su esencia, “ya que fácilmente puede cobrar vida propia”, explica Singer. Si alguien nota que ha comenzado a mostrar signos de agorafobia, “querríamos observar y esperar para ver si la ansiedad que experimenta persiste o si resulta ser una experiencia aislada”, dice la Dra. Franks.
En algunos casos, la ansiedad puede haber estado presente todo el tiempo, pero la persona no había notado que afectaba su vida o realmente no había ensamblado las piezas para darse cuenta de que su agorafobia ha sido más duradera, dice ella.
Si comienzas a notar que evitas ciertas situaciones, lugares o cosas que antes disfrutabas, Singer sugiere hablar con un profesional ante las primeras señales. El dato: se puede usar la ansiedad para recuperar tu vida, aquí te decimos cómo.
Tomado de rd.com 7 Ways Naturally Calm People Handle Stress
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