Las mujeres son más propensas a sufrir de infecciones de las vías urinarias.
Debido a las peculiaridades anatómicas del cuerpo humano, el tracto urinario es la parte más propensa a las infecciones bacterianas. Hasta la mitad de las mujeres llegan a padecer infecciones urinarias (IU) por lo menos una vez —frente a sólo 12 por ciento de los hombres—, en parte porque en ellas las bacterias tienen que recorrer menos distancia entre el ano (donde se encuentran en las heces) y la uretra.
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Contra la creencia común, la edad aumenta el riesgo de contraer IU en ambos sexos. Los hombres mayores de 50 años suelen tener la próstata agrandada, lo que puede obstruir la vejiga, atrapar la orina en su interior demasiado tiempo y hacer que proliferen los microbios en ella, mientras que en las mujeres disminuye la producción de estrógenos, hormonas que fortalecen la mucosa de las vías urinarias.
Sin embargo, “en las mujeres en edad posmenopáusica es posible restituir los estrógenos vaginales por medio de cápsulas o cremas”, dice la doctora Suzanne E. Geerlings, infectóloga del Centro Médico Académico de Amsterdam.
Entre los síntomas típicos de una IU se cuentan dolor en la pelvis, ganas constantes y urgentes de orinar, y una sensación de escozor al hacerlo, pero muchas personas de edad avanzada albergan bacterias en las vías urinarias sin sufrir ninguna de estas molestias.
Esto no por fuerza representa un problema: en las personas sin síntomas, la presencia de microorganismos puede ser normal.
Según las normas oficiales de la Asociación Europea de Urología, el uso de antibióticos es aconsejable sólo cuando la IU afecta a la persona; de lo contrario, es preferible no darle tratamiento, pues la prescripción excesiva de antibióticos propicia la formación de microbios ultrarresistentes (se hacen excepciones cuando hay riesgo de que el paciente contraiga una infección renal u otra complicación).
A veces una infección asintomática puede producir confusión o delirio. Ante estos síntomas acude a tu médico, que puede prescribir el tratamiento y descartar si la causa es una IU.
Aunque las IU recurrentes son comunes, tomar líquidos en abundancia puede prevenir las recaídas.
Un popular remedio casero es el jugo de arándano rojo, baya que contiene proantocianidinas tipo A, flavonoides que dificultan la adherencia de las bacterias a la pared de la vejiga; aun así, las pruebas de su eficacia para tratar o prevenir infecciones no son concluyentes.
Tomar el jugo de arándano no hace daño, pero quizá no sea mejor que cualquier otra bebida.
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