Una úlcera es como “una mancha de pintura desconchada en la pared” del revestimiento interno del estómago o intestino, explica el Dr. Xiaocen Zhang, gastroenterólogo. Aunque es una condición común que afectará a entre el 5% y 10% de las personas en algún momento de su vida, sus señales pueden ser confusas o incluso inexistentes. Sin un diagnóstico, una úlcera puede agravarse e incluso enmascarar problemas más serios como el cáncer.
Esta es la historia de Linda, una paciente que tenía una úlcera sangrante sin saberlo, y cómo un problema de salud no relacionado reveló el síntoma clave que había estado pasando por alto. Su experiencia, combinada con la sabiduría de un experto, nos enseña por qué es crucial prestar atención a los cambios en nuestro cuerpo.
[Puedes leer: Alerta sobre el uso indebido de omeprazol y sus riesgos]
Identificar una úlcera puede ser complicado porque sus síntomas varían mucho y pueden confundirse con otras afecciones. Según el Dr. Zhang, las señales pueden incluir:
“Estos síntomas son comunes en muchas condiciones, desde una infección hasta el estrés mental”, advierte el Dr. Zhang. Peor aún, “una úlcera también puede ser asintomática y causar pocas molestias antes de agravarse”. Este fue exactamente el caso de Linda.
A sus 72 años, Linda era una persona activa y saludable que nunca había sido hospitalizada. Amante del yoga y el levantamiento de pesas, su única queja eran unos molestos calambres en los pies.
Siguiendo el consejo de su instructora de yoga, Linda comenzó a tomar suplementos de hierro para combatir la debilidad muscular. Poco después, notó que sus heces se volvían negras. “Pensé que tenía que ver con las pastillas de hierro”, explica. Y aunque no estaba del todo equivocada —el hierro es una causa benigna común de heces negras—, su suposición lógica enmascaraba un problema mucho más grave.
No le dio mayor importancia porque no sentía dolor ni otros síntomas. “Estaba un poco retrasada y no prestaba atención”, admite. “Debería haberlo considerado más, simplemente porque eso es lo que se debe hacer con los cambios”.
[Quizás te interese: Estos son los 4 suplementos esenciales que debes tomar diario]
Meses después, una gripe muy fuerte con vómitos de sangre la llevó finalmente a urgencias. Durante las pruebas, los médicos notaron algo más: Linda tenía anemia. “Tenía el hierro bajo. Me preguntaron si había tenido heces negras, y les dije que sí”, relata.
La combinación de anemia y heces negras encendió las alarmas. Le programaron una endoscopia para examinar su sistema digestivo. “Fue entonces cuando descubrí que tenía una úlcera”, dice. El diagnóstico fue una úlcera péptica sangrante. A pesar de no tener el dolor agudo que muchas personas asocian con las úlceras, su cuerpo llevaba tiempo perdiendo sangre.
Las úlceras no aparecen de la nada. Según el Dr. Zhang, las causas más comunes son muy específicas y, a menudo, tratables.
El tratamiento depende de la causa. “Si una úlcera es causada por una infección, requiere antibióticos”, explica el Dr. Zhang. “Otras causas suelen tratarse con antiácidos potentes para permitir que el revestimiento sane”.
La experiencia de Linda subraya un mensaje crucial: no ignores las señales de tu cuerpo, incluso si crees tener una explicación lógica.
“No es prudente esperar a ver qué pasa si cree que podría tener una úlcera”, dice enfáticamente el Dr. Zhang. “Las úlceras son mucho más fáciles de tratar cuando se detectan a tiempo”. Una úlcera no tratada puede causar complicaciones graves y potencialmente mortales, como una hemorragia severa, una perforación del estómago o una obstrucción digestiva.
Linda lo tiene claro ahora. La próxima vez que algo no se sienta bien, no esperará. Las heces negras, en particular, son una señal de alerta que siempre justifica una visita al médico.
[Podría ser de interés: Cambios en los hábitos intestinales: Causas y cuándo consultar al médico]
Los síntomas de una úlcera pueden ser tan sutiles como una leve indigestión o tan alarmantes como las heces negras. La historia de Linda nos enseña que incluso las personas más sanas pueden tener problemas ocultos y que atribuir un síntoma a una causa aparentemente obvia puede ser un error peligroso. La clave para una buena salud digestiva es la atención: escucha a tu cuerpo, reconoce los cambios y no dudes en buscar una opinión profesional.
Si experimentas alguno de estos síntomas, especialmente cambios en el color de tus heces o un malestar estomacal persistente, no lo dejes pasar. Consulta a tu médico o a un gastroenterólogo. Tu salud digestiva es fundamental.
Tomado de The Healthy.com “Here’s How I Knew I Had an Ulcer”: A Patient’s Story, with a Gastro Doctor’s Wisdom