Situaciones por las que deberías correr a urgencias
Existen cinco síntomas que requieren que vayas a urgencias por atención clínica inmediata. Conócelos para evitar la congestión y las demoras.
No todas las molestias que aparecen súbitamente o que empeoran de manera progresiva son razones suficientes para acudir a los servicios de urgencias. Pero también hay personas que dejan pasar síntomas y no buscan atención de manera oportuna, lo que puede arriesgar su salud y hasta la misma vida.
Existen cinco síntomas que requieren atención clínica inmediata. Conocerlos de manera clara es un buen paso para evitar la congestión y las demoras que suelen ser la constante.
Cualquier situación que se acompañe de pérdida súbita del conocimiento, con presencia o no de otros síntomas, debe ser atendida de manera inmediata.
Es importante entender que la desconexión con el entorno puede tener muchas causas, entre las que existen algunas muy simples y otras más complejas, que solo el médico después de un examen puede determinar.
Lo mejor es no esperar y mucho menos pensar que este síntoma es resultado de cambios de temperatura, baja de tensión, variaciones en el azúcar de la sangre y que por ende puede ser pasajero.
La imposibilidad súbita para mover voluntariamente una parte del cuerpo o la sensación de adormecimiento en cualquier segmento ponen en evidencia alteraciones en curso, principalmente del sistema nervioso, que pueden originarse en causas diversas.
Las personas que las presentan deben ser trasladadas a un servicio de urgencias, ya que el análisis para hacer un diagnóstico requiere de médicos especialistas y de equipos de alta tecnología.
Los dolores en el pecho de aparición rápida, sobretodo en personas que nunca los han presentado son razones suficientes para acudir a un servicio de urgencias.
Los dolores pueden variar desde el pinchazo, la quemazón o la opresión, su proyección hacia el brazo, la espalda o la mandíbula, además de la sensación de mareo y la presencia de un sudor frío, pueden ser indicativos de un infarto.
Cuando una parte del cuerpo pierde la forma, bien sea por un trauma o por condiciones patológicas como es el caso de las fracturas, las luxaciones o los esguinces, deben ser valorados en un área clínica de urgencias.
En ocasiones, en el momento inmediato cuando se presenta la lesión es difícil identificar si un hueso está roto o si una articulación se ha salido de su sitio porque muchas veces los procesos de inflamación impiden hacer un análisis con claridad.
La presencia de sangre a través del vómito, en la deposición o por la nariz de manera abundante es motivo de evaluación urgente, lo mismo que cuando se presentan de manera abundante, con una herida o una lesión en cualquier parte del cuerpo.
Las pérdidas abundantes pueden llevar a desequilibrios que en poco tiempo pueden comprometer la vida. De ahí que cuando se presentan no hay que dar ninguna espera.
Existen muchos otros factores pueden condicionar la necesidad de una visita a urgencias como la fiebre, la diarrea continua, la deshidratación o el vómito. Pero estos pueden dar algún tipo de espera, e incluso pasar de un día para otro, a diferencia de los cinco ya mencionados.