En noviembre de 2013 la empresa Bimbo anunció que su emblemático pastelito de chocolate conocido como ‘Negrito’ cambiaría a ‘Nito’, un nombre elegido por los mismos mexicanos a través de una encuesta realizada en redes sociales.
La empresa mexicana no ofreció más explicaciones pero tanto la sociedad civil como los medios de comunicación iniciaron una discusión sobre los motivos que habrían influido en la decisión de Bimbo para cambiar el nombre de un producto fuertemente posicionado y conocido con ese nombre desde 1957.
La mayoría concluyó que el cambio se debió a que ‘Negrito’ podría ser una palabra ofensiva para las personas de raza negra. Las razones de Bimbo no están claras pero el tema de México como un país racista volvió a la palestra.
El Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD) llama a la reflexión con las siguientes preguntas: “¿Crees que el racismo es un odio entre “blancos” y “negros”? ¿Piensas que las personas de piel clara son más bonitas? ¿Crees que no hablar español es símbolo de atraso? ¿Has pensado que la pobreza es la causa del racismo y no su consecuencia? ¿Eres de las personas que le dicen a otras que se casen con blancos para mejorar la raza?”
De eso se trata la discriminación por raza, una práctica cotidiana y tan normalizada que incluso pasa desapercibida.
“Las políticas públicas o los programas sociales que no incluyen la participación de población indígena, afrodescendiente y de otras raíces culturales en la discusión y decisión de los que les atañe son acciones racistas que intentan imponer un estilo de vida basado en estereotipos” explica el IMDHD.
Este 21 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial en recuerdo de la matanza perpetrada por policías contra 69 personas que se manifestaban pacíficamente contra las leyes de pases del Apartheid en Sharpeville, Sudáfrica en 1960. En 1966 el Asamblea General de la ONU proclamó este día e instó a la comunidad internacional a redoblar esfuerzos contra todas las formas de discriminación racial.
Es toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o disminuir el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública, se explica en la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2010 elaborada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED).
Niega el ejercicio igualitario de libertades, derechos y oportunidades a cualquier persona; la excluye y la pone en desventaja para desarrollar de forma plena su vida; la coloca, además, en una situación de alta vulnerabilidad. Esa desventaja sistemática, injusta e inmerecida, provoca que quienes la padecen sean cada vez más susceptibles a ver violados sus derechos en el futuro.
Este tipo de discriminación impide el progreso de millones de personas en todo el mundo, destruye vidas y comunidades por medio de sus diversas manifestaciones, desde privar a las personas de los principios fundamentales de igualdad y no discriminación, hasta propiciar el odio étnico que puede conducir al genocidio, puntualiza la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
“La discriminación está en las escuelas, en el campo; se manifiesta en hechos desde el que el Estado nos ignore hasta que no entienda nuestra cultura como indígenas. Hace unos años en la comunidad denunciamos que nos quitaron nuestras tierras, no había traductores ni quién nos defendiera.
La discriminación siempre ha existido. Mi abuelo contaba que les quemaban las casas, los forzaban a hacer ciertos trabajos, había maltrato en las escuelas. Ahora no se respetan nuestras tradiciones, no entienden que somos una cultura diferente.” Ese fue el testimonio de Santos, un indígena Huichol de Durango, para la Encuesta Nacional de Discriminación (ENADIS) 2010.
Todos tenemos prejuicios, pero no todos discriminamos. Los prejuicios son opiniones o creencias, mientras que la discriminación deriva en una acción de rechazo, explica el Museo Memoria y Tolerancia.
El principal problema que perciben las minorías étnicas es la discriminación, seguido de la pobreza y el apoyo del gobierno. Este grupo también opina que la lengua representa uno de sus principales problemas, según ENADIS.
Casi cuatro de cada diez miembros de un grupo étnico consideran que no tienen las mismas oportunidades que los demás para conseguir trabajo, tres de cada diez consideran que no tienen las mismas oportunidades para recibir apoyos del gobierno y uno de cada cuatro dijo no tener las mismas oportunidades para tener acceso a servicios de salud o educación.
El racismo se expresa de diversas maneras, explica el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia:
Racismo institucional: Acciones públicas que favorecen a una población (mestizos) y afectan o ignora a otras (indígenas y afrodescendientes). En México, por ejemplo, hay más inversión para escuelas en áreas predominantemente mestizas.
Racismo sistémico: La sociedad en su conjunto piensa que un grupo de personas es mejor que otro. Los medios de comunicación promueven estereotipos de belleza europeos.
Racismo individual: Los prejuicios personales que nos hacen tratar a una persona mejor o peor según su origen étnico o apariencia física, es decir, la creencia que la apariencia física determina el valor de las personas “naturalmente”.
Sistémicas: Que más del 80 por ciento de la población indígena vive en pobreza.
Institucionales: Poca atención al cumplimiento de derechos indígenas, además de que el Estado mexicano no reconoce legalmente la existencia de la población negra en México.
Ejemplos claros de conductas discriminatorias, según CONAPRED:
1.- Impedir el acceso a la educación pública o privada por tener una discapacidad, otra nacionalidad o credo religioso.
2.- Prohibir la libre elección de empleo o restringir las oportunidades de acceso, permanencia y ascenso en el mismo, por ejemplo a consecuencia de la corta o avanzada edad.
3.- Establecer diferencias en los salarios, las prestaciones y las condiciones laborales para trabajos iguales, como puede ocurrir con las mujeres.
4.- Negar o limitar información sobre derechos reproductivos o impedir la libre determinación del número y espaciamiento de los hijos e hijas.
5.- Negar o condicionar los servicios de atención médica o impedir la participación en las decisiones sobre su tratamiento médico o terapéutico dentro de sus posibilidades y medios.
6.- Impedir la participación, en condiciones equitativas, en asociaciones civiles, políticas o de cualquier otra índole a causa de una discapacidad.
7.- Negar o condicionar el acceso a cargos públicos por el sexo o por el origen étnico.
Es importante mencionar que las personas con discapacidad, adultas mayores, niñas, niños, jóvenes, personas indígenas, con VIH, no heterosexuales, con identidad de género distinta a su sexo de nacimiento, personas migrantes y refugiadas son más propensas a vivir algún acto de discriminación pues existen creencias falsas en relación a temerle o rechazar las diferencias.
¿Cómo puedo combatir la discriminación?
Estas ideas, creadas a partir de un texto de la oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, pueden servir como guía para erradicar este flagelo:
Cine: Organiza con amigos o familiares una muestra o festival de cine que incluya una discusión que se enfoque en temas relacionados con la discriminación.
Concurso escolares: Promueve certámenes escolares de arte, música, redacción, diseño, dibujo y de materiales creados para sitios electrónicos sobre la no discriminación.
Separadores: Puedes elaborar separadores para libros en los que recomiendes lecturas de libros sobre la no discriminación y regalarlos.
Visibiliza la discriminación: Si eres un trabajador de los medios de comunicación comprométete a destacar los casos de discriminación que ocurran en tu área de cobertura.
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