El sobrepeso u obesidad pueden generar dificultades a la hora de concebir.El sobrepeso y la obesidad están considerados como una posible causa de infertilidad. Por este motivo, antes de buscar un embarazo o de...
El sobrepeso u obesidad pueden generar dificultades a la hora de concebir.
El sobrepeso y la obesidad están considerados como una posible causa de infertilidad. Por este motivo, antes de buscar un embarazo o de dar inicio a un tratamiento de reproducción asistida, los ginecólogos recomiendan un plan de reducción de peso y modificar los malos hábitos nutricionales que se puedan tener al menos entre tres y seis meses antes de buscar el bebé de manera natural o por tratamiento de infertilidad.
“En las mujeres, el sobrepeso se asocia directamente con falta de ovulación o baja calidad en los óvulos y en muchos casos, la disminución de peso es el único tratamiento que se requiere para lograr el embarazo.
Es importante que las mujeres conozcan que el riesgo de complicaciones obstétricas es tres veces superior en las mujeres con sobrepeso, aumentando las tasas de aborto y con mayor riesgo de muerte fetal y de parto prematuro que las mujeres con peso normal”, explica la doctora Amparo Ruiz.
Adquirir ciertos hábitos puede resultar beneficioso para nuestra salud, tanto a corto plazo, por la mejoría física que representa, como a largo plazo, como herramienta de prevención de enfermedades.
Generalmente, la mayoría de expertos coinciden en puntos básicos:
Realizar 5 comidas al día: es importante distribuir las calorías a lo largo del día, siendo las comidas más importantes el desayuno, la comida y la cena, pero sin olvidar comer algo a mitad de la mañana y a media tarde.
Empezar el día con un buen desayuno: la combinación de algún producto lácteo, cereales y fruta nos aportará una buena dosis energética para encarar el día.
Tomar 5 piezas de fruta o verduras al día: estos alimentos aportan agua, fibra y vitaminas a nuestro organismo.
Practicar deporte varias veces a la semana: no es necesario realizar grandes esfuerzos, simplemente con 30 minutos diarios o una hora varias veces a la semana puede ser suficiente.
Beber agua: es importante mantener nuestro cuerpo bien hidratado, siendo recomendable beber entre dos y tres litros de agua al día.
Limitar el consumo de refrescos, dulces y alimentos fritos: Su aporte de azúcares y grasas para nuestro organismo es desmesurado, y además se trata de alimentos poco nutritivos.
En caso de tener dificultades para perder peso, es recomendable consultar a un profesional: antes de intentar seguir cualquier tipo de dieta estricta por tu cuenta, consulta con tu médico o acude a un nutriólogo, nadie mejor que ellos para aconsejarte y darte la mejor solución.
En caso de “ataques de hambre” optar por lácteos descremados, frutas o barritas de cereales.
Huir de las “dietas milagro”. No podemos pretender perderlos igual de rápido que los hemos ganado. Paciencia y constancia.
Moderar el consumo de alcohol. Tiene un alto aporte calórico.