¿Lo Sabías?

Sonidos de la mediana edad

Sí, suena raro, pero a medida que crecemos nos damos cuenta y quizás no de forma voluntaria, sino más bien porque algún hijo, niño o sobrino imitó algún sonido raro que hicimos al agacharnos o al levantarnos. Puede sonar divertido, pero también bastante bochornoso.

Y entonces nos preguntamos ¿De verdad hago ese sonido? ¿por qué lo hago? ¿algo me duele y no sé qué es?

Lo cierto es que te vas dando cuenta que con la mediana edad llegan muchas cosas, incluyendo estos sonidos (no quiero decir que a todos), pero varias personas se pueden sentir identificadas.

¿Por qué sucede? ¿Es un signo de envejecimiento? De acuerdo con Jancee Dunn redactor del The New York Times ella no logró encontrar ninguna investigación sobre lo que denominó “el quejido de la mediana edad”, pero cada especialista que consultó sabía, de inmediato, a lo que se refería.

Ella dice que como muchas otras personas, tiene una lista de reproducción de gruñidos y jadeos específicos de cada actividad: cuando se está levantando de una silla suena como cuando Rafael Nadal devuelve una volea; cuando está intentando alcanzar algo, suena un “uuuf” sibilante.

Meryl Alappattu, profesora asistente de investigación de fisioterapia en la Universidad de Florida e integrante de la facultad en el Centro de Excelencia de Investigación e Intervención del Dolor, le comentó a Dunn, que cuando se reclinaba para recoger cosas, “como que gruñe y exhale: ‘Ay, madre mía’ en el idioma de sus padres, que es el malabar, un dialecto indio”.

A medida que las personas envejecen, explicó Alappattu, “solo agacharse para recoger cosas del suelo puede requerir un poco más de esfuerzo y, por lo general, nos preparamos”. Y exhalar, comentó, “podría estar contribuyendo a ese gruñido o cualquier sonido que hagamos”.

¿Qué dicen los expertos ?

Los expertos no sabían de algún estudio sobre los quejidos relacionados con agacharse y pararse, pero hay algunas investigaciones sobre los gruñidos en situaciones atléticas: un estudio reducido de tenistas universitarios halló que sus saques eran más poderosos cuando se les permitía emitir un gruñido. Otro, entre personas que van al gimnasio, sugirió que gruñir podría ser un comportamiento aprendido. Y se han realizado investigaciones sobre los gruñidos como táctica en los deportes utilizada para distraer a los oponentes o llamar la atención.

La sinfonía de sonidos que hacemos puede tener una serie de causas distintas. “Creo que hay un componente físico, un componente mental, un componente voluntario y un componente involuntario”, dijo Tracy E. K. Davis, profesora asociada especializada en envejecimiento y promoción de la salud en la Universidad de Rutgers.

El dolor y la rigidez que a menudo llegan con la edad, por ejemplo, pueden generar ruidos de resoplido, dijo Davis. Y estar mucho tiempo sentado puede ayudar a provocar esos sonidos, dijo Lindsay DiStefano, directora del departamento de kinesiología de la Universidad de Connecticut. Cuando te sientas por periodos prolongados, los músculos de la cadera se tensan, lo que hace que sea un poco más difícil ponerse de pie, aseguró.

David Matsumoto, profesor de psicología en la Universidad Estatal de San Francisco, dijo que estos pequeños gritos de ayuda podrían ser una forma de “decirle a otras personas que pasamos por un momento difícil al hacer esos movimientos”.

Pero también es posible que “el quejido” no se trate para nada de dolor o esfuerzo, dijo Davis. “Un día estaba dando vueltas sin sentido en la cama, y luego hice: ‘Uhhh’”, recordó. Se preguntó por qué había hecho ese sonido y se dio cuenta de que era “por frustración, porque no podía dormir”.

Y entonces a todo esto…

¿Dónde nos deja esto a todos aquellos que exhalamos “ugh”, “hrrg” y “uffff” y cualquier otro sonido en nuestro camino hacia la mediana edad?

Pues la verdad es que si los sonidos no te molestan, no les prestes atención, dijo Alappattu. Pero si te afectan, comentó, trata de ser más consciente de tus movimientos. “A medida que te preparas para un esfuerzo, asegúrate de hacerlo de manera lenta y controlada y opta por una respiración más lenta, en lugar de dejarla salir toda de una sola vez”, sugirió.

En el mismo texto, Dunn dice que no te preocupes si suenas como un levantador de pesas cuando te agachas, pues no estás solo. Ya que le preguntó a casi todas las personas de esa edad que conocía si alguna vez hacían el “quejido de la mediana edad”. A lo cual, nadie le pidió una explicación sobre lo qué quería decir.

Y tú, ¿tienes algún quejido de la mediana edad?

Con información de What’s Behind the ‘Middle-Aged Groan’?

Lilo

Comunicóloga por la UNAM. Redactora de temas de bienestar general. Apasionada del mundo digital, soy geek, metalera, petfriendly. Fan de las pelis de terror y el anime. Una de mis frases favorita es: "Yo solo sé que no sé nada” de Sócrates.

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