Recuerdo en el inicio de mi carrera de escritos cuando era redactora para una pequeña firma de marketing familiar. Era la única persona de color en el equipo.
El dueño, que estaba en proceso de pasar el papel de CEO a su hija, hacía comentarios raciales constantemente sobre mi fondo africano y mi cabello. Mis rizos largos eran “su afro” y decía que tenía que estar en la portada de la revista Essence.
También con refugiados senegaleses, ignorando completamente mi trasfondo y nacionalidad somalí de la cual estaba muy consciente. La culminación del acoso y abuso de poder terminaron el día que me encontró fuera de mi oficina en mi descanso.
Detuvo su camioneta en medio del estacionamiento y empezó a gritarme. “Cuelga el teléfono. Trabajas para mí. Deberías estar feliz de que alguien como tú tenga esta oportunidad”. Siguió diciendo esto mientras me quede ahí evaluando mi vida entera en Estados Unidos. Llegaron un montón de memorias mientras escuchaba a este viejo hombre blanco hablarme como si fuera una mancha indigna tentando su America.
La promoción que se me prometió meses antes después de mi período de prueba de 90 días fue negado. Nadie en el equipo habló del incidente. El sentimiento más fuerte que tuve fue vergüenza—me daba pena la manera en la que fui tratada. No tomé represalias. Simplemente empaqué mis cosas y dejé Ohio para ir a Nueva York. Pasarían años antes de que pudiera articular el trauma de esa experiencia.
En retrospectiva es 2020 y ahora sé que no estoy sola. Estos incidentes de ‘personas negras’ experimentando racismo en sus lugares de trabajo pasan todo el tiempo y no son aislados. Esto es lo que otros profesionales negros, que al igual que yo, eran las únicas personas negras en sus oficinas, desean que sus compañeros supieran.
“He tenido personas acercándose y tocando mi pelo de la nada”, dice Diane, una profesional de marketing y ley que ha estado trabajando por su cuenta propia en el aventurero sector de viajes.
En un ambiente profesional, remarcar la apariencia de alguien es altamente inapropiado y el problema es exacerbado cuando eres la única persona de color en el equipo. Esto es especialmente cierto en el sector de exterior y aventuras que históricamente ha carecido de diversidad.
Para Diane, viajar y ampliar tu perspectiva es un antídoto para el comportamiento ignorante. “Sal a ver al mundo, metete en la narrativa de alguien que sea distinto a ti, aprende, y absorbe lo que las personas nos están tratando de decir y trata de tener voluntad para entender”, dice Diane.
“Sal de esa caja de comodidad y estabilidad y viaja para ver qué tan vasto es el mundo”. Si no puedes viajar, ábrete a películas, programas de televisión, y libros sobre distintas culturas que expandan tu perspectiva.
Después, en lugar de concentrarte en la apariencia de alguien porque llevan el pelo distinto a ti, trata de conocerlos. Encuentra maneras de conectar que no estén centradas alrededor de los temas sensibles de la única persona de color en tu vecindad; esto seguramente cambiará tu visión y te llevará a interacciones más fructíferas.
Bianca recientemente se encontró a sí misma en una problemática llamada de Zoom con sus compañeros. “Soy freelance, pero me contrataron solo un día esa semana y era Juneteenth”, recuerda. “Nadie reconoció el día; la intensidad me pegó fuerte.”
Juneteenth es un día festivo que tuvo aún más sentido este año tras el asesinato de George Floyd, detonando protestas mayores en Estados Unidos. Después, en el mismo día, sus superiores le pidieron que consultara—gratis—su mensaje en redes sociales sobre Las Vidas Negras Importan, dice.
La experiencia de Bianca subraya la necesidad de las compañías de adoptar un sentido de pertenecer a sus empleados de color y eso habla de los problemas que esta visión crea. No es apropiado pedir a un empleado de color que revise sobre el tema, especialmente cuando no estás reconociendo el dolor por el que están pasando.
Las personas de color se encuentran en estas posiciones con frecuencia lo cual viene con un costo emocional. Los colegas y líderes blancos deben ser competentes sobre la experiencia negra a la luz de esta época desafiante de agitación social. Aún así, es incluso más crucial poner esfuerzos más intencionados y bien planeados para aliviar incidentes tan dolorosos.
Compañías y organizaciones han estado inventando su propia diversidad y declaración de inclusión pero nada de eso importa si no es extendido a los empleados de color. Un compromiso a la justicia social no puede tomar forma en un memorándum. En vez de eso, debe ser practicado y desarrollado. Debería ser implementado en agendas diarias para que profesionales como Bianca no tengan que enfrentar la carga del liderazgo inefectivo.
“No pienses que conoces la extensión de mis capacidades basándote en de donde soy cuando aparezco”, Matt, biológico de vida salvaje en el sudeste, dice.
“Mi campo de estudio es increíblemente blanco; conectamos mucho y compartimos nuestros descubrimientos sobre proyectos. Es difícil establecer esa buena relación cuando las suposiciones y estereotipos infundados se meten en el camino”, continúa.
Estos estereotipos han plagado a las personas de color por mucho tiempo, incluyendo suposiciones de que todas las personas de color son “urbanas,” que solo escuchan ciertos tipos de música, o peor, que no están educados.
“Cuando basas tu percepción en la apariencia física de una persona, no estás respetando las aptitudes, habilidades, y los muchos dones que esa persona puede llevar al equipo”, dice Matt.
También dificulta la conexión y el desarrollo profesional porque crea un ambiente donde las personas negras se sienten juzgadas. La soledad que viene con sentirse juzgado no conduce a un ambiente de trabajo saludable.
Cuando evalúo mi carrera hoy, puedo ver cómo mis experiencias tempranas fueron un catalizador para mi búsqueda de trabajo equitativo. Mientras que no percibo mi silencio como debilidad durante el fatídico día en el estacionamiento, si fuera a ver a mi ex empleado hoy, le diría que el tono violento se alió con la evidente falta de respeto que sentía hacia mí dividió más tarde la humanidad que todos compartíamos.
Además, refugiados e inmigrantes no son menos que nadie—son personas completas con sueños, intelecto, vista, y resiliencia no paralela. Es desafortunado que este hombre, en sus años 70, que tenía una nieta biracial, había vivido toda su vida bajo el control del privilegio blanco y misoginia cómoda.
Y si, cae en la problemática caja de “viejo hombre blanco”, pero esto no es suficiente para “cancelar” a los viejos hombres blancos. Estoy más interesado en alterar el sistema que continúa amplificando y multiplicando estas perspectivas; este es el paradigma que necesita ser cambiado tan inevitablemente que no podemos condonar una nueva forma de la misma justificación para la ignorancia violento.
Tomado de rd.com I’m the Only Black Person in My Office, Here’s What I Wish My Coworkers Knew
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