Supermamás 2013 – El milagro de ayudar
Ser madre soltera no es tarea fácil, sobre todo cuando a esto se suma la dificultad de conseguir empleo. En 2007, Patricia recibió la maravillosa noticia de que estaba embarazada de gemelas. Desde los 21...
En medio de su sorpresa, a los 33 años recibió la noticia de que estaba embarazada de gemelas. Pero su pareja no estuvo dispuesta a apoyarla, ya que no estaba preparado para esa enorme responsabilidad. Patricia sintió miedo y angustia, pues sabía que, al ser madre soltera, se enfrentaría a muchos obstáculos que no estaba segura de poder superar.
Esto era apenas el comienzo de muchas cosas que afectarían la estabilidad que había tenido en su vida. A los siete meses de embarazo, Patricia se enfrentó a la muerte de una de sus dos hijas. El dolor era inmenso, y a él se sumaron una serie de pérdidas. Un mes después de que nació su hija, Romina, el padre de Patricia sufrió un infarto cerebral; un año más tarde falleció una de sus mejores amigas, luego murió su abuela y, hace apenas dos años, perdió a su padre.
A pesar de ser una mujer preparada y con una familia cercana, Patricia se sentía sola y desilusionada por no contar con el apoyo de su pareja, por las muertes que había enfrentado y por no encontrar empleo. Todo esto la impulsó a buscar ayuda en diferentes lugares; fue a grupos de apoyo y recurrió a los programas para madres solteras del gobierno, sin éxito.
“Mi hija lloraba, y yo decía: ‘¡por Dios, que alguien la calle!’. Evidentemente, no había quién lo hiciera. Entonces pensé qué quería en mi vida, y cómo lo iba a hacer”, comenta. Llegó el punto en que Patricia acudió con un psiquiatra y le pidió que la internara, pues se sentía abatida.
“En ese momento tenía ganas de morirme”, recuerda con tristeza. “Mi única preocupación era mi hija”, cuenta, y los recuerdos la invaden. Al reflexionar sobre esto, se percató de que definitivamente había tocado fondo. Ella no estaba bien, y su quebranto iba a afectar a su hija.
“Entonces, me dije: ‘¿Qué te pasa? ¿Cómo te atreves a pensar en eso, después de haber logrado lo que deseabas desde hace tanto tiempo?’”. Cuando se acuerda de las risas de su hija recién nacida y la bendición que ella significó en su vida, se reprocha incluso el hecho de haberlo pensado, pero lo más importante es que supo que era momento de retomar su vida y asumir su papel como madre. Patricia decidió pedirle ayuda a su mamá, y en esa misma época reapareció el padre de su hija; fue un bálsamo para su aflicción, ya que le brindó la calma que no había tenido en mucho tiempo. “Esto no es lo que quiero. Si siempre he logrado lo que me he propuesto, ¿por qué estoy así?”, se dijo Patricia, y de este modo despertó de su letargo.
Una luz para las madres solteras
A partir de su experiencia como madre soltera, y de todas las adversidades que tuvo que superar, Patricia decidió ayudar a otras mujeres en la misma situación. Sabía que no era la única madre soltera que se enfrentaba a la difícil situación de no conseguir empleo o de conseguir uno cuyo sueldo resultaba insuficiente. “Sentía la frustración de estar bien preparada y trabajar por tan poco dinero; de saber que tenía una hija y que quería darle todo lo que me dieron a mí”. Durante un tiempo cuidó a su abuela, de 95 años, y una de las dos enfermeras que la ayudaban también era madre soltera. Todos los días, esta mujer viajaba cuatro horas de ida y cuatro de vuelta para trasladarse desde su casa en Chalco, Estado de México, hasta la colonia del Valle, en el Distrito Federal. Todo ese tiempo dejaba solos a sus dos hijos. “¿Con qué paciencia y energía eran capaces de cuidar a sus hijos, después de trabajar todo el día?”, se cuestionaba Patricia.
Tras observar esta situación, ella pensó: “Para estar tranquila necesito ayudar a alguien más”. Fue así como decidió, con la asesoría de una amiga, fundar junto con ella la Asociación Madres Solteras Unidas, A. C., hace cuatro años. Para ella y su socia, lo importante es que las mamás solteras asuman su decisión de serlo y dejen de ser víctimas para convertirse en madres felices y responsables de la educación de sus hijos.
“Lo que yo quiero es ayudar a que las mamás tengan mejores condiciones de trabajo, para que sus hijos estén mejor”, comenta Patricia. ¿Qué necesitan? Un trabajo estable, con un buen sueldo, que esté cerca de su casa. Por ello, la asociación trabaja en tres niveles: primero, se hace una selección de las madres que estén interesadas en desarrollarse laboralmente y que estén comprometidas con sus hijos; segundo, se generan empleos, y, finalmente, se pretende impulsar la creación de microempresas.
Conoce la historia en Selecciones de mayo, 2013